El desplome de la banca mundial y de todo el sistema fraudulento que nos tienen en la actual situación ha comenzado. Si hace tres días constatábamos que el oro llegaba a los 1.900 dólares la onza, sorpréndase ahora que bajó 200 dólares en dos días. Esta violenta volatilidad no expresa más que la agonía del sistema financiero, un sistema que se apalancó demasiado y abusó de la confianza de gobiernos y contribuyentes. Con las divisiones internas del BCE, queda totalmente vulnerable a los ataques del mercado.
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