Revista Educación

Colas

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Hace unos días escuchaba una conversación en la que una mujer de mediana edad comentaba que le recomendaba a sus hijos que no tuviesen descendencia porque tal y como estaba el mundo le parecía una temeridad. En el momento me pareció un juicio excesivo y no le di más vueltas hasta que me llegó por distintas redes sociales este vídeo que seguramente muchos de ustedes habrán visto y asocié, igual de forma absurda, ambas cosas, algo que me ocurre con cierta frecuencia:

Soy de esas privilegiadas que, por ahora, no se chupan horas de colas diarias para llegar a su puesto de trabajo. Tengo la suerte de no desplazarme en horas punta, lo que me otorga una calidad de vida impagable en forma de valioso tiempo. Pero sí soy testigo de las quejas, la falta de sueño, la desesperación, el cabreo o la resignación de muchísimas personas que se ven obligadas a desplazarse por la TF-5 desde el norte de Tenerife en dirección a Santa Cruz de lunes a viernes.

Que se haya permitido llegar a esta situación límite, y cuando digo límite me refiero, no ya a la merma en la calidad de vida de miles de personas, que también, sino al límite geográfico de un territorio finito, entiendo mejor el consejo de la madre antes mencionada. Porque no van a hacer nada señores. Los dirigentes políticos de esta Isla no van a buscar soluciones. Si no lo han hecho en los últimos años en los que la situación se ha convertido en grave ¿por qué van a hacerlo ahora? Les importa una mierda. Cuando esto pete, que petará porque no hay que ser muy listo para darse cuenta de que no hay cama pa tanta gente, seguirán en sus poltronas usando helicópteros para desplazarse y echando balones fuera, que es lo suyo. Porque hay que ser valiente, honesto y solidario para tomar medidas que podrían mejorar la situación pero que no son rentables en las urnas a corto plazo. Y la valentía, la honestidad y la solidaridad son valores que desconocen.


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