El próximo viernes 5 de octubre se estrena en las carteleras españolas la nueva película del cineasta polaco Pawel Pawlikowski, titulada "Cold War", protagonizada por Joanna Kulig y Tomasz Kot, y que nos relata una apasionada historia de amor entre dos personas de diferente origen y temperamento que son totalmente incompatibles, con la Guerra Fría como telón de fondo.
"Cold War" está dedicada a los padres de Pawel Pawlikowski, cuyos nombres comparten los protagonistas. Los verdaderos Wiktor y Zula murieron en 1989, justo antes de que cayera el Muro de Berlín. Pasaron 40 años juntos de forma intermitente, rompiendo, peleándose y castigándose a ambos lados del Telón de Acero. «Eran personas fuertes y maravillosas, pero como pareja eran un auténtico desastre» —afirma Pawlikowski—. Aunque los datos de la pareja ficticia del realizador son bastante diferentes a los reales, el director de "Ida" llevaba casi diez años pensando en la forma de contar la historia de sus padres. ¿Cómo llevar a la pantalla todas esas idas y venidas? ¿Qué hacer con un período tan prolongado de tiempo? «Visto desde fuera, sus vidas no parecían tener un gran interés dramático. A pesar de que mis padres y yo estábamos muy unidos, yo era su único hijo, cuanto más pensaba en ellos después de que hubieran fallecido, menos los entendía».
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Si bien había cierta dificultad, siguió intentando comprender el misterio de esa relación. «He vivido mucho y he visto muchas cosas, pero la historia de mis padres lo supera todo. Comprendí que eran los personajes dramáticos más interesantes que había conocido». Al final, para poder escribir la película, tuvo que alejarse de la historia de sus padres. Los rasgos que comparten son muy generales: «Sus caracteres era incompatibles, no podían estar juntos, pero se echaban terriblemente de menos en cuanto se separaban; la dificultad de la vida en el exilio, de seguir siendo tú mismo en una cultura diferente; los problemas de vivir bajo un régimen totalitario, de comportarse decentemente a pesar de las tentaciones de no hacerlo». El resultado es una historia fuerte y conmovedora muy inspirada, como dice el propio Pawlikowski, en "el amor complicado e inestable" de sus padres.
Pawlikowski imaginó un pasado diferente para los personajes ficticios de Wiktor y Zula. A diferencia de su propia madre, que huyó con un ballet cuando tenía 17 años pero que nació en una familia tradicional de clase media-alta, Zula proviene de un barrio marginal de una ciudad de provincias. Finge ser del país para entrar en una compañía folklórica porque cree que es la forma de salir de la pobreza. En la película, se rumorea que ha asesinado a un padre que abusaba de ella. «Me confundió con mi madre, así que usé un cuchillo para enseñarle la diferencia», —le dice a Wiktor—. «Sabe cantar y bailar, tiene descaro y encanto y está resentida. Y cuando se convierte en una estrella de la compañía de baile, comprende que ya no puede ir más lejos. A Zula, el comunismo le parece bien. No tiene ningún interés en escapar a Occidente».
Por otro lado, el Wiktor ficticio, proviene de un ambiente mucho más refinado y culto y está claro que es un músico de talento. «Es un hombre tranquilo y equilibrado que proviene de la intelligentsia urbana, pero necesita la energía que desprende Zula. En privado, imaginó que habían enviado a Wiktor a estudiar música a París antes de la guerra, con Nadia Boulanger. Después, durante la ocupación alemana, se ganaba la vida tocando el piano ilegalmente en los cafés de Varsovia, como hicieron en su día grandes compositores polacos como Lutosławski y Panufnik. A pesar de ser un gran pianista con una formación clásica, Wiktor no tenía madera para convertirse en un gran compositor; además, su verdadera pasión era el jazz».
Es pertinente señalar que en el filme Pawlikowski recuerda el ambiente generalizado de tensión que vivió durante su infancia en Varsovia. «En casa todos decían lo que pensaban, pero debías tener cuidado con lo que decías en el colegio. Mis padres tuvieron durante un tiempo una criada del país que dormía en una cama plegable en la cocina de su piso de un dormitorio. Ella tenía una aventura con un agente de la seguridad del estado y nos delató. ¿De qué se les podía acusar? De recibir paquetes de Occidente, de escuchar la BBC o Radio Europa Libre... Mi padre tenía un ejemplar de 'Der Spiegel', un periódico prohibido como el resto de las publicaciones occidentales, y un día desapareció del piso. En una ocasión, toda la familia registró de noche todos los cubos de basura intentando recuperar una carta incriminatoria que mi padre había tirado accidentalmente. En 1968 estallaron manifestaciones estudiantiles en Varsovia —Pawlikowski tenía entonces 10 años—. En el centro de la ciudad lanzaron gas lacrimógeno, y en nuestro piso había un estudiante de mi madre sangrando (ella era entonces profesora en la Universidad de Varsovia) a la espera de que la situación se calmase».
Los espectadores polacos pueden encontrar similitudes entre el gobierno que se muestra en la película y el gobierno que está actualmente en el poder: la retórica antioccidental y nacionalista; la propaganda burda en los medios estatales; el clima de miedo, crisis y resentimiento diseñado para conseguir el apoyo de la gente buena y sencilla contra las élites decadentes y traidoras; para las personas que vivieron el comunismo, todo esto les resulta misteriosamente familiar. El personaje de Kaczmarek, el rencoroso arribista de provincias que repite frases hechas para salir adelante, también le resultará familiar al público polaco. No obstante, "Cold War" no trata de política. La Historia es solo el contexto que ayuda a dramatizar algo más universal.
Quien haya visto "Ida", la anterior película de Pawlikowski, puede reconocer inmediatamente las imágenes en blanco y negro y el formato casi cuadrado, e imaginar que esos rasgos son "marca de la casa". De hecho, el cineasta polaco quería filmar "Cold War" en color. El director afirma al respecto: «No quería repetirme; sin embargo, cuando estudié todas las opciones de color, por eliminación, me di cuenta de que no podía hacer esta película en color porque no tenía idea de cuál podía ser el color. Polonia no era como Estados Unidos, que en los años cincuenta era todo color saturado. En Polonia, el color era anodino; había grises, marrones, verdes. No era por gusto, era la vida real. Polonia había sido destruida. Las ciudades estaban en ruinas, no había electricidad en el campo. La gente vestía colores oscuros y grises. Por lo tanto, si hubiese querido mostrarla con colores vivos, hubiera resultado muy falso. Y quería que la película fuera lo más veraz posible. Podríamos haber imitado el material de colores de los inicios del comunismo soviético, con rojos y verdes desteñidos. Pero hoy en día hubiera parecido muy artificial. El blanco y negro era una opción más honesta».
Para terminar podríamos destacar una cita que Wiktor le dice a Zula en un determinado momento: «El amor es el amor y no se puede hacer nada». "Cold War" funciona con un motorromántico tan potente que no permite otra alternativa. Pero no todo el mundo se creerá un amor tan sólo con ese. ¿Qué quería mostrar Pawlikowski? «Bueno, este tipo de relación siempre se parece a una guerra. Dos individuos fuertes e inquietos, muy diferentes entre sí, dos polos opuestos. Zula y Wiktor tienen otros amantes, relaciones, esposos y esposas, pero con el tiempo se dan cuenta de que no querrán a nadie como se quieren el uno al otro porque, a pesar de las idas y venidas históricas y geográficas, nadie conoce al otro tan bien como ellos mismos. Pero la paradoja es que son las únicas personas con las que no pueden estar». Pawlikowski quería dejar abierta la pregunta de hasta qué punto la historia viene dictada por la política, las circunstancias o una incompatibilidad ineludible. «Por eso resulta inquietante. Al final, la gran pregunta es: ¿Existe un amor para siempre? ¿Puede trascender la vida, la historia, este mundo? Creo que el final confiere a su amor cierta trascendencia».
¿El final es inevitable? «No tengo ni idea, —dice Pawlikowski—. Creo que sí».
Fuentes:Texto obtenido del Pressbook.Pressbook e imágenes cortesía de © Caramel Filmshttp://www.caramelfilms.eshttps://www.filmaffinity.com/es/film172115.htmlhttp://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-252203/
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Revista Cine
Cold War: Una apasionada historia de amor con la Guerra Fría como telón de fondo.
Publicado el 02 octubre 2018 por Mumbo @OMasti2012Sus últimos artículos
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