Hola chicas, buenos días.
Hoy os traigo un nuevo chal de la colección Chéster, tejido en el sofá de casa.
Este chal en concreto, lo terminé el pasado sábado, el último día del mes de agosto y por eso, se me ocurrió buscar un libro que llevase en su título, la palabra último o última. Buscando encontré "El último atardecer" de Gustavo Martín Garzo. Además, por los colores del chal, me recordaba a un atardecer en un campo de trigo, en un campo de maiz, en un campo de Castilla y mira por donde... este título estaba esperando mi chal.María, una joven médica, llega a un pueblo de Castilla para hacerse cargo de su primer destino. Ha elegido ese pueblo a causa de una película, El señor de la guerra, que vio con su padre cuando era una adolescente y que desde entonces no había podido olvidar. En ella un caballero normando se convierte en señor feudal de unas tierras extrañas habitadas por hombres semisalvajes, y se enamora perdidamente de una misteriosa doncella por la que acaba perdiendo el poder y el honor. Desde el momento mismo de su llegada a ese pueblo, María asistirá asombrada a cómo las cosas que empiezan a sucederle guardan una misteriosa relación con las que vivían los protagonistas de aquella película.
Y así también habrá allí una laguna, un cuerpo herido, extrañas visitas en la noche y sobre todo un enigmático joven por el que concebirá una inesperada e incontenible pasión. el último atardecer es un libro sobre la pasión amorosa. La pasión como deslumbramiento y hechizo, como experiencia que nos permite recuperar la unión con el mundo y los poderes de la naturaleza; pero también como oscuridad y daño, como mensajera inesperada de la muerte.
La primacía del deseo, el culto a los sentimientos por encima de la razón y la importancia del mundo de lo nocturno, de los presagios y la imaginación, son los temas que se repiten en este libro que se postula a la vez como un nuevo arte de amar donde se reivindican el juego y la gracia, ya que a pesar del dolor que quizá les aguarda, nunca hombres y mujeres son más cautivadores que cuando se enamoran. En El último atardecer se plantea ese dualismo esencial que hace convivir en el corazón humano orden y sentimineto, vida y muerte, luz de las tinieblas y luz del día.
En esta ocasión nos fuimos a hacer las fotos en los jardines de la Rosaleda, en el parque González Hontoria, este busto es de este señor. ¿Quién fue?
Julio González Hontoria era de Sanlúcar de Barrameda y estuvo trabajando en las bodegas González Byass, propiedad de su tío. Estuvo formándose en Londres y París. Su interés por la política le llevó a contactar con personajes de la política. Fue elegido diputado provincial por su ciudad y posteriormente, concejal del Ayuntamiento de Jerez, siendo nombrado alcalde poco tiempo después, hasta 1919. Durante su mandato como alcalde se realizaron en Jerez muchas e importante obras publicas, una de ellas este parque que lleva su nombre. Es donde se celebra cada año la Feria del Caballo. El Gobierno de la nación y Su Majestad el Rey lo felicitaron al haber solucionado una complicada huelga de los trabajadores agrícolas, consiguiendo un acuerdo entre todas las partes. En 1902 fue nombrado Hijo Adoptivo de Jerez.
El chal está tejido con un algodón multicolor, en unos tonos preciosos. Lo especial lo aporta el hilo, así que decidí usar un patrón sencillito.
Os lo dejo aquí.
Ideal para estos últimos atardeceres del verano.
Uy, me quedó algo larga la entrada... bueno, para compensar aquellas que son más cortas, además, así también promovemos la lectura.
Buen Martes.