Colección Extra Superhéroes: Fuerza-X Integral

Fuerza-X es un concepto, nacido en los noventa, que consistió en convertir a los Nuevos Mutantes en un grupo de asalto dirigido por Cable. Todo ocurrió en una defenestrada década en la que los héroes apretaban sus dientes, portaban armas de tamaños inconcebibles y parecía que la única narrativa efectiva eran las splash pages. En 2001, la Cada de las Ideas, bajo la dirección de Joe Quesada, publicó colecciones que tuvieron un back to basics en toda regla, mientras que otras apostaron por nuevas fórmulas creativas que tenían implícito cierto riesgo comercial. Precisamente, el tomo que hoy nos ocupa recupera de forma íntegra la fase final de X-Force, en la que se podía ver una apuesta innovadora en el cosmos mutante; una que estaría dirigida por Peter Milligan y Mike Allred.

Peter Milligan es un guionista inglés que, como la mayoría de sus compatriotas, se introduce en el cómic americano a través del sello Vértigo, una línea en la que DC intentaba publicar un cómic más adulto, además de otorgar a los autores cierta libertad creativa. Tras una temporada en la que dejó los cómics por los guiones cinematográficos, vuelve a Marvel Comics para dar muestras de su talento en una serie a la que el público le había dado la espalda. Su trabajo recibe el aplauso tanto de la crítica como del fandom, utilizando la crítica social y política como principal herramienta.

El grupo que adopta el nombre de Fuerza-X está en las antípodas de cualquier agrupación que hayamos visto hasta el momento bajo el ala protectora del Profesor Xavier. Estamos ante unos personajes de nuevo cuño que utilizan un nombre en desuso para apropiarse de él con fines lucrativos. Están financiados por un joven millonario creador de videojuegos y reciben órdenes de Entrenador, el cual los manda a misiones de dudosa catadura moral, pero con grandes beneficios mediáticos. Y es que la publicidad lo es todo. Nuestros protagonistas tienen eso muy claro y por ello cuentan con agentes que dirigen sus carreras “heroicas”, siempre enfocadas hacia la fama, la riqueza, el sexo y un estilo de vida cómodo y placentero en todos los aspectos imaginables. Obviamente, todo tiene un precio, por lo que poco a poco va quedando meridianamente claro que los integrantes de Fuerza-X tienen una esperanza de vida corta, algo que parece incitarles a vivirla con mayor intensidad si cabe.

El planteamiento del guionista inglés da una vuelta de tuerca al concepto de héroe de alquiler, para presentar un equipo dispuesto a todo por mantenerse líderes de audiencia. Sus aventuras y desventuras son grabadas por Doop, un simpático personaje que, cámara en cabeza, será el cronista de todas y cada una de las misiones. Fuerza-X también contará con una cadena de cafeterías, multitud de merchandising y un intenso seguimiento de los paparazzi, dispuestos a mantener a sus seguidores al corriente de cualquier novedad que suceda en torno al grupo. Esto no deja de ser una interesante crítica al uso actual que tienen los medios de comunicación, utilizando la sátira y la ironía. Salvar vidas es algo secundario, lo más importante es obtener beneficios. De ese modo, seremos testigos de cómo los actos de los protagonistas son en muchas ocasiones de carácter egoísta y de dudosa moralidad.

En un escenario de estas características, nos encontramos a un grupo en el que se potencian las rivalidades. Las peleas son constantes y el puesto de líder es codiciado por varios miembros en mayor o menor medida. Por otro lado, su manera de actuar es violenta, dejando escenas bastante truculentas, que están dulcificadas por el estilo pop de Alldred. La sangre, la muerte, incluso las vísceras, son elementos cotidianos en estas historias, donde el aire desenfadado del dibujante reduce la sordidez propia de esos momentos.

La irrupción en el Universo Marvel de semejantes elementos no parará desapercibida. Sobre todo a la comunidad mutante, que se sentirá ultrajada ante la manera en que se ha retorcido el sueño de Xavier. Por lo tanto, en estas páginas veremos a Lobezno, el cual parece tener un pasado en común con Doop, que mostrará su disconformidad con su particular estilo. También harán acto de presencia los Nuevos Mutantes, que tampoco ven con muy buenos ojos en que se ha convertido el nombre de Fuerza-X. Pero más allá de estos cameos puntuales, la serie discurrirá por un camino totalmente desligado al Universo Marvel. Sus misiones les llevarán a remotos países dirigidos por déspotas y tiranos, a los cuales no dudan en derrocar mediante métodos poco convencionales y muy violentos.

A pesar de que lo protagonistas se acercan más al modelo de antihéroe, demostrarán que no son inmunes a las emociones. Si bien es cierto que no es recomendable encariñarse con ninguno de los personajes, con el paso de los números, aunque sus acciones son bastante cuestionables, veremos que no todo son disputas y rencores personales. En algún momento nacerá el amor y fructificarán las relaciones entre algunos miembros, sobre todo los que consiguen sobrevivir el tiempo necesario para ello. No obstante, prácticamente nunca trabajarán como una formación unida y el compañerismo aflora en momentos muy puntuales y bajo cierta presión.

Quizá muchos piensen que son personajes odiosos, pero a medida que avanza el tomo comprobaremos que es todo lo contrario. Es imposible no sentirse atraído por U-Go Girl, una joven que lo que más desea en la vida es ser líder del grupo. Sus poderes le permiten teletransportarse a sí misma y sus compañeros, pero debe tomar medicamentos de dudosa procedencia para controlarlo con mayor efectividad. Incluso podríamos pensar que padece un extraño caso de narcolepsia. Por otro lado, tenemos a Doop, un Moquete mutante que habla un idioma incomprensible, pero que se acaba convirtiendo en el más entrañable de todos. El personaje protagonizará una historia en el mes mudo que posiblemente sea una de las más delirantes y surrealistas que yo he leído.

También tenemos a Huérfano, un mutante que parece estar sudando constantemente y cuya piel tiene una sensibilidad extrema. Su papel de líder se combina con una actitud suicida, que le hace jugar todas las noches a la ruleta rusa. Tampoco podemos perder de vista a la enigmática Chica Muerta, cuyos poderes son una incógnita. Aunque tanto su sonrisa como su sentido del humor son bastante inquietantes. Por último me gustaría destacar al Anarquista, un mutante afroamericano que no parece estar muy contento con su raza de nacimiento, además de sufrir un trastorno obsesivo compulsivo.

Como podéis ver, los miembros de este equipo no son los típicos superhéroes, ni creo que pretendan serlo, pero ofrecen unas aventuras tan arriesgadas como innovadoras. Milligan consigue presentar un concepto rompedor bajo un aspecto indie, que resulta de lo más refrescante y entretenido. El resultado final es una obra muy interesante, donde lo mutantes dejan de lado su faceta de marginados sociales para representar un papel de estrellas mediáticas. A pesar de sus aspectos estrafalarios, y en algunos casos algo grotesco, consiguen establecerse como famosos cuyas gestas se retransmiten en televisión. Nunca fue tan lucrativo ser mutante, ni tan peligroso y mortal. Así que estad atentos a vuestras pantallas y no cambiéis de canal, porque el espectáculo está a punto de comenzar. ¡Llega Fuerza-X!