El mutante portador de garras de adamantium favorito de todos llega, por fin, a la colección de recopilatorios de bolsillo que publica Panini Comics. Y lo hace de la mano del tándem formado por Frank Tieri y Sean Chen, un sólido equipo creativo que se mantendría en la cabecera de Logan durante una buena temporada, salvo casos puntuales, la cual será recuperada por la editorial en dos tomos, siendo este el primero de ellos. Tieri trabajó en Marvel durante el principio del nuevo siglo en las colecciones protagonizadas por el Vengador Dorado y Masacre, respectivamente, que también están siendo recuperadas, en un loable intento de la editorial italiana por conseguir que cada vez haya menos material inédito en nuestro país. Por otro lado, Sean Chen es conocido por su trabajo realizado en la editorial Valiant, especialmente en X-O Manowar, mientras en Marvel permanecería durante tres años consecutivos al frente de la colección protagonizada por Iron Man, ilustraría a Elektra y participaría en la maxiserie X-Men: The End. Ambos unen sus fuerzas para realizar un buen puñado de tebeos llenos de una acción trepidante y cuyo foco de atención se centra en la vida privada de Logan.
Tras los problemas con la justicia, Lobezno vuelve a Mandripur adoptando su identidad de Parche, aunque esta vez será por una razón justificada, en lugar de para ocultar su identidad con un disfraz tan escueto. En la ciudad del pecado por excelencia del Universo Marvel, Logan tendrá que participar en un peculiar torneo de lucha que emula en cierta forma al circo romano, pero en unas condiciones de mayor violencia si cabe. Una combinación perfecta de acción y artes marciales tan típica de los films que poblaban las salas cinematográficas hace más de dos décadas. El aire ochenteno volverá a planear sobre la cabecera, mientras Lobezno debe resolver asuntos personales como su matrimonio con Víbora, o el regreso de Ogun, rescatando la faceta más oriental del personaje.
Finalmente, tendremos otra vuelta a los orígenes de nuestro protagonista, en un viaje que nos llevará a Canadá. En un entorno gélido y nevado tendremos un nuevo enfrentamiento con el Wendigo, aunque no será exactamente el mismo personaje al que se enfrentó en su primera aparición en el Universo Marvel, allá por el lejano The Incredible Hulk #180. Bajo la apariencia monstruosa se encuentra Mauvais, un hechicero del siglo XVIII, que obtiene su poder de la ingestión de carne humana. Su obsesión por probar un pequeño bocado del factor de curación de Logan le llevará a forjar alianzas con seres de una naturaleza similar a la suya. De ese modo, se une a Hemorragia, un viejo conocido de nuestro protagonista, y Alimaña, un enemigo habitual de Spiderman, que surgió en la célebre última cacería de Kraven, escrita por J. M. DeMatteis. En esta ocasión, Lobezno no se encontrará solo, ya que a su lado se posicionará Alpha Flight, protagonizando un combate entre dioses, monstruos y superhéroes. No hay nada como volver al hogar tras un largo tiempo de ausencia…Con este tomo, queda patente lo complicada que es la vida de Lobezno cuando no está salvando al mundo con la Patrulla-X. Frank Tieri supo explotar al máximo ese tiempo libre, manteniéndose fiel a la esencia del personaje y a su pasado, al menos lo que se conocía de él en aquella época. Alejado del entorno superheroico y bajo la fachada de tipo duro, Lobezno vive sus aventuras en solitario bajo la batuta de unos autores que vuelven a demostrar que Logan sigue siendo el mejor en lo que hace, por mucho que sus enemigos se esfuercen en afirmar lo contrario; si sobreviven a la experiencia, claro.