Durante el primer año de la cabecera protagonizada por los Thunderbolts, Kurt Busiek plantó las semillas de algo que bien podría haber tenido una fecha de caducidad. Después de descubrir a los lectores que los nuevos héroes del Universo Marvel eran los Amos del Mal dirigidos por el Barón Zemo, el mismo personaje que orquestó el asalto a la mansión de los Vengadores en una de las sagas más recordadas por los aficionados, exploró el concepto de villanos infiltrados hasta su desenlace. Sin embargo, a medida que el grupo derrotaba a antiguos aliados como la Brigada de Demolición o el Pensador Loco, incluso se enfrentaban a una nueva encarnación de los Amos del Mal bajo la dirección de Capucha Escarlata, surgían las dudas. Al fin y al cabo no eran más que un puñado de perdedores que comenzaban a sentir como la vida les sonría por el simple hecho de haber cambiado sus objetivos. Este aspecto se acentuaba con la incorporación de Jolt al equipo, una joven que tras ser secuestrada por Arnim Zola obtenía poderes que la convertían en la superheroina que siempre soñó ser. Finalmente, todo se derrumba cuando Zemo decide contar la verdad al mundo, debido a que comienza a notar como sus compañeros se sienten cómodos en el papel de héroes. Los Vengadores toman cartas en el asunto, Zemo es traicionado, salvo por Tecno, y ahora comienza una nueva etapa en la que los Thunderbolts deben de decidir su futuro: ¿héroes o villanos?

La redención es un tema recurrente a lo largo de la dilatada historia del Universo Marvel. La propia Viuda Negra lo recordaba en un capítulo del anterior tomo. La lista de héroes que comenzaron su carrera en el bando equivocado es bastante larga. Uno de lo momentos más representativos de este concepto fue presentado por Stan Lee en The Avengers #16. En aquel legendario número, los Héroes más Poderosos de la Tierra cambiaban su alineación, dejando al Capitán América en compañía de tres antiguos delincuentes: la Bruja Escarlata, Mercurio y Ojo de Halcón. En cierta forma, Busiek se apoya en ese concepto para hacer frente al segundo año de colección, aunque introducirá nuevos e interesantes elementos a la ecuación.

Elegir el camino correcto no es nada fácil y nuestros protagonistas lo sufrirán en sus propias carnes. A pesar de estar perseguidos por las autoridades y por la prensa, intentarán hacer todo lo posible por demostrar que ya no son aquellos villanos que fueron en el pasado. Para ello tendrán que lidiar con SHIELD, dirigida por el comandante Bridge; enfrentarse a los Vengadores de los Grandes Lagos, que pretenden solventar una afrenta hacia su nuevo nombre de guerra; o con el mismísimo Conde Nefaria, uno de los grandes enemigos de los héroes a los que pretendían sustituir. Por si fuera poco, Zemo se la tiene jurada y no cejará hasta conseguir vengarse de la traición que ha sufrido. Incluso llegarán a recibir una tentadora oferta por parte de Capucha Escarlata, para que se unan a los nuevos Amos del Mal. Sin duda alguna, momentos difíciles en los que la voluntad puede resquebrajarse y lo más sencillo es volver a las andadas.



En este tomo podemos observar de primera mano como tras poco más de dos años de colección, la premisa de Busiek sigue tan fresca como en el primer número; abrazando al género con fuerza y manteniéndose fiel a la esencia del origen del propio Universo Marvel. Bajo esas líneas maestras, nuestros protagonistas descubrirán a la velocidad del rayo, y por su propio bien, que el crimen no compensa. Ha nacido una nueva generación de héroes y se llaman: los Thunderbolts.