Revista En Femenino

Colecho en verano

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Soy fan acérrima del colecho, ya lo sabéis. Gracias al colecho, no he pasado noches en vela intentando que mi bebé duerma solo en su cuna, nuestra lactancia ha ido (y va) fenomenal y no os voy a engañar, aunque Bichito se esté convirtiendo en un Bichote que ocupa casi más que yo, me encanta dormir con él.

Pero, el verano… ¡uf, el verano!

colecho

Bichito se está convirtiendo en un gran bebé. Y no “gran” en plan amoroso (que también), sino gran de grande. Que él ya viene grande de serie, pero aún no tiene los 6 meses y ocupa casi entero mi lado de la cama. Y yo duermo haciendo contorsionismo con tal de no invadir el poco espacio que tiene maridín y dejar al peque dormir a pierna suelta.

De hecho, durante meses, he tenido unos dolores en la parte de los triceps de ambos brazos, de dormir con el brazo por encima de la cabeza de Bichito. El colecho ayuda a no dormir tan mal, pero tampoco es la solución para dormir del tirón. Al menos, no para mí.

Con la llegada de estas temperaturas veraniegas, las noches se han empezado a complicar. Hace calor, dejamos la ventana abierta, Bichito suda el triple que antes, de madrugada hace frío, cierro la ventana, le tapo, pero él no quiere… ¡yo qué sé!

Se suele quejar cada hora y media o dos horas, a veces para comer, a veces simplemente para que le arrime la tetucia y volverse a dormir, porque la suelta en pocos minutos. Y yo si me espabilo lo suficiente, lo voy cambiando de lado con tal de que las tetas no se me carguen demasiado (este finde he tenido otra obstrucción mamaria… ¡apuf!).

Al hacer estos cambios, yo me pongo de rodillas en la cama, y a él lo cojo por el culo y por el cuello. Levanto 9 kg de niño sudadísimo, y me tumbo encima de las sábanas totalmente mojadas. Un rollo, la verdad.

Y no solo eso. Ha ocurrido varias veces que empieza a patalear, o dar manotazos y si le acerco la teta no quiere. Se calma cuando me levanto de su lado y me hace pensar ¡que no me quiere ahí! Debe de tener calor, y el uno al otro nos transmitimos no solo amor, sino también unos cuantos grados centígrados.

Entonces me planteo, ¿qué va a pasar cuando llegue el calorro de verdad, ese que me obliga a dormir en bolingas y que hace que hasta el mínimo pelo de mi cuerpo me moleste?

Hemos instalado la cuna de bebé grande (la minicuna dejó de poder usarla porque no cabe y además, no tiene mucha ventilación) en nuestra habitación. Me da muchísima pena ponerlo ahí a dormir porque me siento insegura, como que me falta algo.

De todos modos, no dura mucho ahí. Llevamos un par de noches que me despierto de madrugada y aprovecho que está KO para ponerlo, pero dura eso, hora y media o dos horas en las que vuelve a buscar consuelo y quiere saber que estoy ahí. Así que lo cojo, y me lo llevo conmigo a la cama, ya que yo lo que quiero es dormir, no quedarme de pie intentando volverlo a dormir.

Así que el proyecto cuna está en marcha, que no significa fin del colecho. Yo no tengo problemas con que Bichito duerma con nosotros, como ya os he dicho, ¡me encanta! Pero si consigo dormir unas horitas con las tetas guardadas, eso que me llevo. Si lo tengo que meter en la cama, tampoco me pienso agobiar.

Contadme vosotros, ¿cómo combináis colecho y verano? ¿Algún consejo para dejar a un bebé con sueño ultrahipermegaligero en la cuna sin que se despierte? Abseternse el “ponle chupete” porque lo escupe bien lejos. Esa es una batalla perdida.


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