Colegio ven pronto!

La de hoy tendría que ser una entrada light, de esas de "vuelta al cole", contando lo bien que lo hemos pasado en las vacaciones y los progresos que hemos hecho estas semanas. 
El tema es que debo de estar sumida en una profunda depresión post-vacacional porque todo se me hace un mundo. Se que mis hijos son bastante buenos y, por lo general, obedientes. Claro que todo depende de con qué lo compares y yo creo que tengo mi estándar de normalidad bastante alto. Quizá les exijo mucho para tener tres años y medio, pero si lo hago es porque se que son capaces de hacerlo. Claro que podrían ser unos demonios maleducados. Pero eso no quita que haya momentos o situaciones en las que lidiar con mi par de dos sea una tarea complicada. 
Vale, reconozco que pensar algo así en vacaciones no vale. Porque han perdido todas las rutinas del curso y pasan mucho tiempo con la familia que les permite TODO con la coletilla de "pobres, que son muy pequeños" o "lo ha hecho sin querer" o, directamente, "tu madre es una madrastrona, ven con tu tía que te consiente todo". Que no les culpo mucho, claro. Yo antes de madre fui tía y, a veces, también reaccionaba así. Y gracias a la familia hemos podido, tanto Papajavi como yo, tener momentos para nosotros y nuestros amigos. Siempre estaremos agradecidos a la ayuda que nos dan y que sabemos que hacen de mil amores porque nuestros canijos se hacen querer y les quieren a todos mucho. Pero al final, siempre soy yo o Papajavi quien tiene que ponerse en plan Sargento Semana para que vuelvan al camino recto...
Y claro, llegamos a septiembre, después de 9 semanas de vacaciones, gran parte de ellas yo sola con ellos en casa y no es de extrañar que mi capacidad comprensiva, mi raciocinio y mi santa paciencia, flaqueen...
Una de las situaciones a las que me cuesta enfrentarme últimamente, es la comida. Ellos nunca han sido malos comedores. Pero es que de unos días a esta parte, pueden conmigo. Llamadme loca, pero no veo normal tardar más de una hora en comer una ración infantil, se entiende. Tanto es así que estaba pensando hasta pagar el comedor del cole, solo por evitarme una de las dos grandes situaciones de estrés del día, y quedarme solo con la cena, en la que además no estaré sola. Y eso me suena muy a @malamadre hasta a mí...
Otra de las situaciones complicadas que han aumentado estas vacaciones, son las peleas. Sobre todo Sergio está muy descontrolado en ese sentido y se le cruza el cable muy a menudo. Esas situaciones acaban con su hermano llorando y él castigado. Pero nada surte efecto. Ni hablar con él, ni castigarle unos minutos pensando, ni nada...
En fin, que no se qué pensar. Espero y de verdad deseo, que con la vuelta al cole estas situaciones se vayan diluyendo. Tengo todas mis esperanzas puestas en las rutinas. En las rutinas y en empezar mis prácticas para no estar sola toda la mañana y, además, en un ambiente adulto. A ver qué tal.
Queda una semana para que volvamos a la normalidad. Colegio ven pronto!!
PD: Prometo aprovechar un ratito de moral alta para hacer una pequeña crónica de las cosas buenas de las vacaciones. Que han sido muchas, no os penséis. ;)