Revista Salud y Bienestar

Colmar

Por Jas

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Desde hace años se han venido usando los fármacos con efecto antabús para la deshabituación alcohólica. Son productos que, al ponerse en contacto con el alcohol, producen unas muy desagradables reacciones basadas en síntomas como: sudores, mareos, vómitos, palpitaciones, taquicardia, etc...
Ingiriendo tales productos serían suficientes pequeñisimas cantidades de alcohol, para desencadenar los problemas: hasta el punto de que una cerveza 0,0%, o unas rodajas de pan de molde (por su contenido en vinagre) podrían generarlos.
Hasta hace relativamente pocos años los productos antabús se vinieron usando con la complicidad de la esposa del alcohólico, quien le ponía unas gotas en la sopa sin saberlo éste. Las reacciones que sufría le obligaban a consultar al médico el cual, sin llegar realmente nunca a mentir cerraba el círculo echándole la culpa al alcohol.
Esta práctica sirvió durante años para empujar a más de uno hacia la deshabituación forzada, y sigue sirviendo en la actualidad, aunque ya nunca se use sin el conocimiento del usuario, quien accede a tomarlo diariamente, como indiscutible ayuda a la hora de seguir negando la posibilidad de beber.
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En estos días hemos sabido de un presunto psicópata, ex-alcohólico y empleado de la sidrería El Lavaderu, de Gijón, quien a lo largo de los últimos años habría pretendído envenenar a sus compañeros, empleados y dueños del local, con un antabús (marca Colme)... Se sospecha incluso que este asunto pudo provocar la muerte de un cocinero de la sidrería, en mayo de 2011...


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