A más de una semana del paro, Colombia está atravesando por una de sus crisis políticas más difíciles, lo que parecía algo pasajero, está tomando cada vez más fuerza. Son miles de personas que se unen a las movilizaciones, mostrando su descontento con las políticas implementadas por el gobierno de Duque.
Muchas organizaciones sociales se suman a la gran cruzada, la consigna es unánime, cambios en las políticas. El “paquetazo”, como lo han denominado los manifestantes, debe ser sacado de los debates parlamentarios y replantear las propuestas, es lo que piden los líderes del paro.
Una mesa de diálogo entre gobierno y comité del paro, se instalo para llegar a acuerdos. Veremos en que termina esto, por ahora se siguen convocando a marchas y manifestaciones. Mientras tanto los ánimos del país se siguen calentando, la muerte de un joven estudiante avivo el fulgor de la protesta. Ahora, la imagen del muchacho es utilizada como estandarte de guerra por parte de los radicales, para seguir desestabilizando el país.
El día 27 de noviembre, indígenas de la región del Cauca, bloquearon las vías dejando incomunicados a dos departamentos. Las exigencias de las comunidades indígenas se suman al pliego de peticiones de los manifestantes.
Duque parece cada vez más desconcertado por la ola de protestas y el descontento social, es así como lo han tachado de inepto y tonto por los colombianos. Ahora se burlan de su capacidad intelectual en las redes sociales, debido a un discurso en donde decía: “esa Colombia con P mayúscula es la que necesitamos”. Una perlita entre tanto desorden.
Para terminar, esperemos para ver que pasa con: los manifestantes, indígenas, el “paquetazo”, la violencia, las pérdidas económicas, los heridos, los radicales y con Duque, para saber si al fin sabe con cual letra se escribe Colombia. Como dicen en las series de suspenso: “esta historia continuara”.