Colombia, más inteligente

El éxito de la Inteligencia Artificial (AI, por sus siglas en inglés) va a depender mucho de que nuestra precaria inteligencia humana la deje ser… Sí, toda tecnología puede ser muy útil si la dotamos de propósito.

Esta semana se realizó en Bogotá el Microsoft AI+Tour, un evento el que se presentó una simulación de cómo estaría el país en los próximos 10 años si va adoptando la AI ¿El balance? Colombia experimentaría enormes ganancias en productividad, un crecimiento económico y un cambio en el mercado laboral hacia trabajadores altamente calificados.

El estudio, elaborado por la consultora DuckerFrontier, señala que en un escenario de beneficio máximo de la AI en Colombia, el crecimiento económico podría llegar hasta 6,8% anual, con un crecimiento anual en productividad tres veces mayor al proyectado para la próxima década. El sector de servicios profesionales empresariales podría generar 5,5 millones de empleos nuevos hasta 2030, 55% más frente a otras proyecciones actuales.

Otros sectores donde se daría una crecimiento importante de nuevos empleos derivados de la AI serían los servicios del Estado (1’100.000 empleos nuevos), comercio, hotelería y turismo (800.000), construcción (400.000), y manufactura (300.000).

Pero, ¿Qué nos hace falta para acelerar la adopción de la AI en Colombia? Si bien vamos bien en el número de estudiantes en carreras STEM, debemos fortalecer la cultura del emprendimiento y fomentar la inversión extranjera. Obviamente necesitamos un Estado que nos proporcione paz, garantice acceso a la educación, piense en formalizar ciudadanos no solo pensando en ahogarlos con impuestos y que invierta en programas para reentrenar nuestra fuerza laboral.

Si Colombia logra reconvertir su fuerza laboral, los empleos de alta calificación podrían alcanzar un 50% del total de empleos (respecto a 17% proyectado a 2030). Esto, como ven, supone que la entidad de educación más importante de este país debe ser el SENA, hay que ponerle músculos; hay que reinventar los programas de las universidades y hay que aceptar que nuevos jugadores de la industria contribuyen con conocimiento de frontera, muy pertinente para el mercado.

Revisemos la historia de los Tigres de Asia como Singapur… O nos reinventamos o nos reinventan.

Nota: Columna publicada originalmente en Vanguardia el día 21 de noviembre de 2019