La denominada guerra fría entre la desaparecida URSS y los aún existentes EEUU que muchos analistas políticos dieron por finalizada y pronosticaron la definitiva supremacía mundial de los Estados Unidos de Norteamérica, visto el transcurrir de las dos últimas décadas parece que nunca terminó. Resulta más conveniente afirmar que solo hubo un cambio de actores o un cambio de rostros a todos los niveles. En Latinoamérica el papel que desempeñaba Cuba ha sido relevado de manera importante por Venezuela, con el apoyo principal de países que representan hoy lo que fue la URSS: China, Rusia e Irán. Los intereses de los EEUU los representa sobre todo y de manera estelar Colombia.
No puede negarse que desde que coincidieron como Presidentes de sus respectivos países Hugo Chávez en Venezuela y Álvaro Uribe en Colombia, el fondo de la política Latinoamericana cambió sustancialmente. Mientras Venezuela decidía por sostener conceptos de inclusión social con una pretendida masificación de derechos como acceso a servicios de salud, internet, gas, agua, televisión satelital, alfabetización y educación por ejemplo, Colombia apostó por privatizar y encarecer estos derechos bajo el argumento principal de incrementar su calidad como vía expedita para lograr el desarrollo del país. Le invito a leer el siguiente enlace.
Colombia parece haber sacado alguna ventaja en el balance de ésta renovada guerra fría dado el desarrollo de los acontecimientos hasta el día de hoy. La influencia del grupo de países mencionados, China, Rusia e Irán nunca alcanzó el nivel que tiene la que ejerce EEUU sobre la región y parece aún haber disminuído consecuencia de la profunda crisis económica que atraviesa Venezuela. Por ésto cabe razonablemente la duda sobre el origen de la crisis económica de Venezuela, no pudiendo atribuirse exclusivamente a un problema interno de corrupción en el país Suramericano, aunque seguro, la economía de Venezuela no se habría deteriorado tanto si el nivel de corrupción en ese país fuese significativamente menor.
Es indispensable considerar otros aspectos. Uno muy importante es que las reservas de petróleo de Colombia se proyectan para una duración de entre 5-10 años, mientras que Venezuela se encuentra entre los países con mayores reservas a nivel mundial. Este hecho agudiza el conflicto dado que para los intereses de EEUU, Venezuela debe estar dentro de sus países aliados y no antagónicos. No basta para los EEUU con que Venezuela le continúe vendiendo petróleo. El análisis desde el punto de vista de un ciudadano común Latinoamericano se complica. Lo continuaremos luego.