Existe en el mundo una amplia y activa coalición de intereses gubernamentales, militares y empresariales que abarcan las industrias informática, de la información y de medios de comunicación. La percepción del mundo que tienen estos actores es decididamente electrónica.”[1]
En 1993 se instauró en Estados Unidos la política para el desarrollo de la infraestructura de la información nacional (NII)[2] y desde ese momento la industria corporativa de la comunicación respondió́ a las prometedoras oportunidades con un frenético proceso de fusiones y concentraciones, acumulando recursos y capital en enormes compañías. Una vez aseguradas estas condiciones materiales, con los gigantes de la comunicación del sector privado preparados y alentados para explotar al máximo las recién nacidas redes digitales, se crearon las condiciones para cumplir lo que el jefe de Operaciones del Atlántico de los Estados Unidos, Hugh Pope declaró en 1997: “El mensaje es que no hay nación sobre la faz de…
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