Acercarse a Color Out of Space (Richard Stanley, 2019) es una experiencia que no deja indiferente. Una obra que divide su estructura narrativa en dos claros apartados: el primero una suerte de artefacto de suspense tan intrigante como bien medido -cocinándose muy a fuego lento-, y el segundo más lanzado al descontrol, a la explosión delirante y caótica de una ejecución que coquetea por igual con la ciencia ficción monstruosa, el gore cronenbergiano y el terror clásico de novela, entregando un festival final de pura imaginería fantástica.
Basado en la historia de H.P. Lovecraft, la película narra el devenir de una familia acomodada que vive en su casa de campo, una granja en la que el padre nació y años después remodeló para instalarse con su familia (su mujer y sus tres hijos). Durante una noche, un meteorito se estrella en el jardín delantero ocasionando un esplendor insólito de colores violáceos, que poco a poco ira liberando lo que parece ser un organismo extraterrestre que hace mutar toda la naturaleza colindante, así como la propia percepción temporal, el humor y la forma física de los integrantes de la familia...
Durante su primera hora, Color Out of Space nos introduce lentamente en esta peculiar unidad doméstica, mostrando las marcadas personalidades y problemas internos de cada uno de sus miembros. Del mismo modo que viven plácidamente y sin prisas en su pequeña granja alejada del mundo, la cámara y el tempo narrativo deciden situarse en el mismo ritmo sosegado.
Un desarrollo en el que no hay prisas por hacernos descubrir y enseñarnos lo que conlleva ese extraño objeto que ha ido a parar a uno metros del porche residencial.
Recuerda en este sentido a algunas de las grandes filigranas tensionales e intrigantes de M. Night Shyamalan (esos extraterrestres de Señales que nunca vemos hasta el final de la cinta o los "monstruos" que se esconden tras los árboles y la maleza de El bosque). Hay, además, un concepto de "miedo a lo desconocido" que une la filmografía del director de origen indio con esta adaptación Lovecraftiana que ha construido el siempre interesante Richard Stanley (en su primer largometraje de ficción en los últimos 27 años, tras realizar a principios de los 90 las también peculiares Hardware, programado para matar y El demonio del desierto).
No es tanto una película de terror, como una ciencia ficción a medio camino entre la viñeta de comic, la narrativa clásica y desacomplejada de un cine fantástico del pasado y la estética colorida de evocación posmoderna. Una película a la que uno puede acercarse por el actualmente desatado Nicolas Cage, pero en la que se acabará quedando por sus múltiples capas narrativas y conceptuales.
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- ##check## Lo bueno
- La primera hora de cocinado a fuego lento, con un cierto espíritu Shyamalan.
La potente y diferente propuesta que nos acerca dentro del fantástico. - ##times## Lo malo
- Que su tramo final pueda desconcertar a los que busquen o quieran ver el sosiego de la primera parte.
Que quizá acabe entrando, ciertamente, en cierto delirio de más.
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- Ambientación 7.5
- Sencilla, pues casi todo ocurre en una sola localización, pero más que suficiente y bien trabajada. Es una película de serie B, y se nota en este sentido, pero ayuda a crear una estética muy acorde con esas invasiones alienígenas de un cine pasado.
- Desarrollo de Personajes 7.0
- Bastante interesante. Los personajes tienen cada uno su personalidad muy compleja y marcada, y vamos viendo el desarrollo a la vez que se apodera de ellos la fuerza extraterrestre. Mide muy bien los tiempos para que todos los protagonistas tengan su espacio.
- Argumento / Guión 6.5
- Muy interesante. Partiendo de la obra de Lovecraft, a la que es bastante fiel, el guion se desarrolla con calma y sosiego. Su parte final, mucho más alocada, si que puede llegar a caer en cierta extravagancia o ganas de sorprender.
- Banda Sonora 7.0
- A juego con los colores de la cinta, cercanos a esos neones, la música recae en ocasiones en unos sonidos de sintetizador muy a juego con la estética y el sentimiento que ese juego de luces ofrece.
- Entretenimiento 6.5
- Pues aunque su tramo final se alarga más de lo debido, y su parte inicial comienza lentamente, la película se hace en casi todo momento muy disfrutable dentro de la locura a la que deriva.
- Montaje / Innovación técnica 6.5
- No es fácil pasar de esa primera mitad al tramo final con soltura y manejo del ritmo, pero el montaje lo hace con agilidad. Su apartado técnico y visual es audaz dentro de su marcada concepción de "serie b".
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- Puntuación Total 7 / 10
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