Colossal Vigalondo
A veces una idea es tan loca que hay que ser un genio o un descerebrado (o un valiente) para plantarse delante de los que estaría bien que la financiaran y presentarles el proyecto sin que llamen a seguridad o, en el peor/mejor de los casos, se rían en tu cara. Pero creo que es lo que mejor se le da a Nacho Vigalondo, armar ideas locas y absolutamente originales, presentarlas con pasión y hacer que esos que pagan se emocionen y hasta les parezca una buena idea. Y te produzcan la película. Por favor, en los extras cuando salga a la venta Colossal que incluyan aquella reunión.
Colossal nos presenta a Gloria, chica fiestera e irresponsable vuelve a su pueblo natal después que su novio la eche de casa y de la relación. Y ahí tenemos a Anne Hathaway en la enésima versión de protagonista perdida en la vida que vuelve a su pueblo natal para encontrarse a sí misma o más bien porque no tiene a donde ir y que duda cabe que volver al sitio que te vio nacer siempre es bien y terapéutico. Oscar (Jason Sudeikis) le da trabajo y le echa una mano a instalarse...mientras al otro lado del mundo, en Seúl, un monstruo enorme aterroriza a la población...y, ¿qué tiene que ver? Gloria y el monstruo tienen una extraña conexión que la película te explica un poco a su manera a lo largo del metraje que hace que todo lo que vemos tenga la lectura que quieras: feminista, asumir las consecuencias de tus actos, aceptar tu responsabilidad porque quieras o no tus acciones afectan a los que te rodean, traumas infantiles sin resolver...Vigalondo nos da mil lecturas posibles a poco que le des una vuelta a la imposible premisa de la que parte Colossal. Imposible, pero funciona.
Curioso el detalle de no poder ambientar una historia "kaiju eiga" (monstruos gigantes cabreados y muy nipones ellos) en la propia Japón ya que la productora japonesa Toho, propietaria de los derechos de Godzilla se han marcado un Olivares demandando a la productora de la película por violación de derechos de autor, competencia desleal y demás...no pasa nada. Ponemos al bicho en Seúl y listo. Eres grande, Vigalondo. Muy grande. Y lo cierto que el monstruo de Colossal derrocha carisma, casi tanto como una Anne Hathaway enorme (chiste aquí, ¿lo veis?) que borda su personaje de mujer perdida pero potente que se busca a sí misma sin destrozar muchos barrios de Seúl por el camino. Sudeikis se sale de las comedias chorras de las que nos tiene acostumbrados para unirse al club de actores simplones que bien dirigidos oye, son otra cosa. Otro punto en el marcador del cántabro, dirección de actores bien.
Mención especial a Vigalondo una vez más, construyendo una película sólida contra todo pronóstico, con más capas de las que parece y que vuelven a situarle en primera fila tras películas como Open Windows y Extraterrestre que nos hicieron perder la fe en aquel director casi desconocido que se coló en la ceremonia de los Óscar con un corto allá por 2004. Igual obra maestra es un poco exagerado pero sin duda es una película perfecta para dejarse sorprender y vaciar un monstruoso cubo de palomitas!