*JUAN MARTORANO
El pasado día lunes 5 de agosto, el Presidente reelecto, Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció a Venezuela y al mundo que desinstalaría de su teléfono celular la aplicación Whatsapp.
La medida acordada por el Presidente la adoptó en virtud de que esta empresa, parte del conglomerado Meta propiedad de Mark Zuckerberg, quien también es dueño de Facebook e Instagram, ha tenido un papel muy activo dentro del ciberfascismo y de la conspiración que en estos momentos hay en contra de la República Bolivariana de Venezuela.
Zuckerberg de hecho entregó a los conspiradores la base de datos de whatsapp Venezuela donde tienen todos nuestros datos, y de ahí se ha promovido campañas de odio, amenazas y agresiones a dirigentes del chavismo, jefes de calle y de UBCH como ya lo ha hecho saber el Presidente Maduro y otros integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución.
El imperialismo tecnológico ha tenido en la persona del surafricano-canadiense- estadounidense Elon Musk uno de sus principales exponentes. El dueño de Tesla, Starlink, OpenAI, X SpaceX, Boring Company, Neuralink, Zip2, Paypal, Solarcity, Hyperloop, entre otras, ha puesto sus ojos sobre Venezuela.
Entre algunos de sus socios tenemos: Sir Richard Branson, el empresario británico que promovió en el año 2019 el concierto “Venezuela Aid Live” desde donde se promovía del lado colombiano la invasión de Venezuela bajo la fachada de una asistencia humanitaria. Branson es propietario de Virgin Group, con varias secciones, una de ellas para el lanzamiento de satélites y cohetes al espacio; Jeff Bezos, de Amazon y Mark Zuckenberg dueño de Meta que abarca Whatsapp, Instagram y Facebook como ya hemos indicado.
Esta es la más fiel expresión del imperialismo tecnológico, la cual es una hechura nada más y nada menos que del Pentágono estadounidense.
Cabe recordar que el General en Jefe Vladimir Padrino López, en su libro “La Escalada de Tucídides” advirtió sobre el GAFAT (Google, Amazon, Facebook, Apple y Twitter hoy X) como parte de esa expresión del imperialismo tecnológico y ciberfascismo del que habla ahora el Presidente Maduro.
El GAFAT es un recurso estratégico de Estados Unidos ya que tiene mucho más que el poder económico millonario de sus carteras. Tienen el poder de influir en la opinión pública si quieren hacerlo, además de controlar los datos personales de cientos de millones de personas en todo el planeta.
Ellos podrían crear un caos mundial si se lo proponen, por una variedad de razones que van desde una mala decisión comercial, malas prácticas, interrupciones tecnológicas o incluso la competencia global con los gigantes chinos.
Ante esos carteles nos estamos enfrentando desde la Revolución Bolivariana.
Recuerdo cuando por allá por el año 2010, más o menos en el mes de noviembre, en el Cuartel San Carlos, estuvimos en el marco del lanzamiento de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas (RENTSOC) para dar la batalla comunicacional en las plataformas tecnológicas y redes sociales digitales . Esto para acompañar a Hugo Chávez con su cuenta @chavezcandanga y no dejarlo solo en esa pelea.
Recuerdo que en aquella oportunidad conocimos a compañeros del colectivo del software libre “Nodo Libre”, quienes nos hablaron de redes alternativas al Twitter o tuiter como desde la RENTSOC nos gusta nombrarla, como Turpial, que es un tuiter eminentemente venezolano y diseñado con servidores y tecnología venezolana.
De ahí que en los programas de finalización de la pasada campaña electoral presidencial y estos posteriores a dichos comicios, he tenido en lo personal un pregón de que debemos dar los primeros pasos por irnos desconectando de esas plataformas tecnológicas y redes sociales digitales vinculadas con este imperialismo tecnológico, ya que depender de ellas nos hace vulnerables.
Y para muestra un botón: El bloqueo hasta el 29 de julio del canal de Youtube de la iguana.tv, el bloqueo del canal de Youtube de la emisora alternativa Al Son del 23, el bloqueo de la cuenta del comunicador Mario Silva y el hackeo en dos oportunidades del portal web ensartaos son una muestra y fue el preludio de lo que se nos venía para la actual coyuntura.
Ciertamente el centro del ataque cibernético ha estado centrado en la plataforma tecnológica de transmisión de datos del Consejo Nacional Electoral (CNE) pero no ha sido la única. La aplicación Venapp ha sido bloqueada y prácticamente eliminada del Google Play Store; nuestros sistemas de defensa también han sido objeto de este tipo de ataques; la Plataforma Patria y portales del Gobierno y Estado venezolano forman parte de estas agresiones.
Por ello, la desinstalación por parte del Primer Mandatario Nacional de whatsapp de su teléfono celular, a mi juicio constituye una primera medida para lograr liberarnos del coloniaje tecnológico al que aun estamos sometidos. Consciente estoy de lo nada sencillo de este proceso, pero era y es necesario dar los primeros pasos.
Para graficar un poco sobre la importancia capital de la independencia tecnológica que debemos alcanzar como país, y más ahora con este enfrentamiento que tenemos con el imperialismo tecnológico y ciberfascista, debo referirme a un caso que hice en mi Conferencia denominada “Ciberguerra y Geopolítica dentro del marco de la creciente multipolaridad” del 24 de noviembre de 2022 (y que está a la orden para dar esa misma charla a cualquier institución u organización que esté interesada sobre este tema), dictada a los compañeros y compañeras de la Unidad Especial para la Protección de Personalidades del Estado de la Guardia de Honor Presidencial. Recuerdo las atenciones y palabras del entonces coronel (hoy digno General de Brigada) y segundo Comandante de dicha unidad, mi gran amigo y hermano Boris Rudman, donde me refería al caso de Stuxnet, del gusano informático que ocasionó importantes daños a plantas nucleares de Irán.
Esto ocurrió en enero de 2010 en la localidad de Natanz, donde este gusano informático que se constituyó en la primera ciberarma del mundo que afectó a la infraestructura física, eran las centrifugadoras nucleares iraníes, y dañó y destruyó capacidades militares claves, y causó importantes trastornos en el programa nuclear de Irán.
Cabe destacar que este gusano informático fue desarrollado conjuntamente entre EEUU e Israel.
Stuxnet fue creado por un programa de alto secreto, denominado Operación Juegos Olímpicos, dirigido por los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes. Bajo la dirección de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE. UU., la operación conjunta se encargó de desarrollar un virus u otra forma de malware que no se limitara a infectar ordenadores, sino que también pudiera dañar la infraestructura física.
El gusano Stuxnet resultante fue toda una revolución por su nivel de complejidad, a pesar de que se diseñó de manera muy similar a cualquier otro gusano malicioso diseñado para autoreplicarse en las redes. Una vez incrustado, el malware puede utilizarse para robar datos, instalar acceso back-door en los sistemas o, como en el caso de Stuxnet en Irán, implantar bots para hacerse del control de toda la configuración del sistema.
Una vez introducido en una red, el malware Stuxnet se propagó rápidamente, aprovechando vulnerabilidades de día cero hasta entonces desconocidas en el sistema operativo Windows para saltar de un ordenador a otro. Pero los ordenadores infectados en el ataque de día cero de Stuxnet en 2010 no eran el objetivo final del gusano, sino meros vehículos para llegar al hardware que controlaban.
Tras infiltrarse en las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán, Stuxnet fue a la caza de los ordenadores conectados a los controladores lógicos programables (PLC) que interactúan y controlan las centrifugadoras y otra maquinaria industrial que interviene en la producción de material nuclear apto para la producción de energía nuclear y fabricación de armas.
A continuación, el gusano alteró el código de los PLC para que las centrifugadoras giraran demasiado rápido y durante demasiado tiempo, además de enviar datos falsos para que pareciera que todo funcionaba con normalidad. Esto causó importantes daños en los instrumentos sensibles, y alteró temporalmente el programa nuclear de Irán.
Dado que la instalación nuclear objeto del ataque no estaba conectada a Internet, el virus Stuxnet no pudo distribuirse mediante un hackeo digital. En su lugar, el gusano presuntamente llegó a través de un ordenador portátil, una memoria USB u otro dispositivo de medios extraíble. En cuanto se infectaba un ordenador, el gusano se replicaba rápidamente y saltaba de un dispositivo a otro hasta poner en riesgo toda la red.
Dado que el sistema que gestiona el programa de enriquecimiento nuclear de Irán estaba aislado físicamente (desconectado de Internet), la infección debería haberse contenido. Pero, de alguna manera, Stuxnet acabó en los ordenadores conectados a Internet y se extendió rápidamente, lo que permitió que un grupo de terceros accediera al código.
Por ello la sorpresa que tuvo la Agencia Internacional de Energía Atómica cuando visitaron esta planta nuclear en Irán por esas fallas e inutilización de las centrifugadoras para enriquecer uranio en Irán y que los técnicos iraníes que manipulaban y reemplazaban estos equipos se sorprendieran, ya que los datos que las computadoras les suministraban, indicaban que todo “estaba normal”.
Stuxnet tomó el control de más de 1.000 máquinas del programa nulear iraní y les dio la orden de autodestruirse.
Casos como este deben advertir al Ejecutivo Nacional venezolano sobre la imperiosa necesidad, como asunto de seguridad de Estado, de independizarnos tecnológicamente de plataformas tecnológicas dependientes de EEUU y Occidente. Debemos seguir el ejemplo de Rusia, China e Irán por solo citar algunos ejemplos.
Por ello, es que es muy acertada la decisión del Presidente Maduro de desinstalar whatsapp, que desde hacía tiempo también advertía que esta herramienta no solo es usada para labores de espionaje, al igual que Facebook, plataforma la cual puede utilizar tu información así elimines la cuenta en la misma, Instagram, gmail, entre otras.
Además de las plataformas recomendadas por el Presidente como Telegram (Whatsapp ruso) o Wechat (Whatsapp chino) desde mi modesto conocimiento tecnológico que he adquirido gracias a amigos conocedores de la material, también recomiendo el uso de Signal, que es una app que permite la encriptación de las comunicaciones.
Y bueno nos sumamos a la campaña de concientización del Presidente Maduro de que nuestro pueblo de manera voluntaria desinstale como primera medida Whatsapp de sus celulares, para evitar que nos sigan espiando, y por mampuesto darle un gran golpe a su bolsillo.
Vamos a la carga y a la victoria.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , [email protected], [email protected] , [email protected] , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.