*JUAN MARTORANO
Más de una decena de ex jefes de Estado y de Gobierno de España y de América Latina abordaron la situación de Venezuela durante la Novena Edición del foro “Diálogo Presidencial” el pasado 17 de octubre en la ciudad de Miami, Florida. En dicho evento se tomó como ejes temáticos de estos debates “La democracia, ciudadanía, migración y Venezuela 2024”. Lo que hay que subrayar es que el referido Foro es promovido por el Grupo “IDEA” que es de derecha y extrema derecha y tuvo como escenario el campus Wolfson del Miami Dade College (MDC).
Casi que en simultáneo, y durante los días 17 y 18 de octubre, hubo una reunión del Consejo De la Unión Europea en Bruselas, en la cual uno de los temas de la agenda era tratar la situación de Venezuela. En el referido foro, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, insistió sobre “la necesidad de exigir la libertad de todos los presos políticos en Venezuela”. Cabe destacar que Meloni su tendencia ideológica es de extrema derecha.
Del mismo modo, hace unas semanas en unas elecciones regionales en Alemania, partidos de corte neonazis se imponían en importantes regiones de ese país. Y hace poco más de una semana, en Austria, la extrema derecha alcanzó el poder.
En el caso de la América Latina y Caribeña, aun con sus particularidades, también hay intentos del fascismo en sus planes de recolonización del continente. Porque no nos creamos que estas reuniones en Miami y en Bruselas sea porque le importamos. No, sin duda nos han tomado porque como lo ha expresado el Presidente Nicolás Maduro: “Venezuela es la joya de la corona”. Si Venezuela cae, cae toda la América Latina y el Caribe.
Recientemente, en una disertación que sostuve en la carpa de la Esquina de Monjas en el centro de Caracas, mejor conocida como “La Esquina Caliente”, en el marco del programa “El ADN de la Noticia”, hice un análisis sobre las recientes elecciones municipales en Brasil del pasado 6 de octubre, más algunas consideraciones sobre el mapa político regional y a lo interno del parlamento colombiano como radiografías de la situación en esos países que podrían darnos algunas luces sobre las recientes conductas de los mandatarios de ese país con respecto a sus recientes declaraciones sobre Nicolás Maduro y la República Bolivariana de Venezuela. Por lo extenso y complejo del tema no lo trataremos en esta edición, ya que merece capítulos apartes y más detallados y esperamos realizarlo en próximas entregas.
Del mismo modo, la próxima semana hay elecciones generales en la República Oriental del Uruguay; elecciones regionales y municipales en Chile, donde todo apuntala a triunfos de la ultraderecha y de abrirle la puerta a una opción extremista como José Manuel Kast (esto también amerita un capítulo aparte) y la segunda vuelta de las municipales en Brasil. Y serán consideraciones que repito, espero poder hacerlas en próximas entregas, porque todo esto repercute en lo que se pueda venir para el país en los próximos años.
En algún momento y durante la época de nuestro inolvidable Comandante Hugo Chávez se alertó de la Operación “Balboa”, que no es más que un plan para la invasión militar a Venezuela. Plan que se mantiene y está en vigencia debido a que la OTAN estima que antes del 2030 Venezuela debe estar invadida para venir a robar y a saquear nuestras riquezas y recursos energéticos.
Por ello el pánico de EEUU y el Occidente colectivo ante la cada vez más real posibilidad de que Venezuela sea parte formalmente hablando (porque ya desde hace algún tiempo y el año pasado se profundizó más la participación de nuestro país en los mecanismos de Brics) a este bloque. Por ello que en la edición anterior señalábamos en la introducción que no hay nada más parecido a un fascista que un burgués asustado (esto también aplica al imperialismo como fase superior del capitalismo como lo señaló Vladimir Lenin).
Pero también es bueno que en estas labores de análisis rescatemos un tanto la memoria histórica. Así como se ha hablado de la década dorada de los gobiernos progresistas en América Latina o de esa primera oleada de la década que va del 2000 al 2010 con Hugo Chávez desde Venezuela y a la cabeza, Lula Da Silva durante sus dos primeros mandatos, Dilma Rouseff en Brasil, Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Pepe Mujica y Tabaré Vásquez en Uruguay, Rafael Correa en Ecuador, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén en El Salvador, Daniel Ortega y los sandinistas a su regreso al gobierno en Nicaragua en 2007, José Manuel “Mel” Zelaya en Honduras (derrocado en 2009), Fernando Lugo en Paraguay (derrocado en 2012 por un Golpe Parlamentario o Law Fare como se conoce hoy en día), Evo Morales en Bolivia, es bueno recordar que lo vivido en la América Latino Caribeña a partir de la década del año 2010 al 2020 tampoco fue casual ni fortuito.
Sin duda que en esa época de oro y de esa primera oleada de gobiernos de izquierda y progresistas donde no solo eran las victorias electorales sino los avances importantes y la justicia social que imperaba, fue objeto de pánico y terror en las derechas de nuestros países que nunca se quedaron quietas. Cada vez que pudieron, se reunieron a fin de reorganizar sus planes e ir a nuevos procesos de articulación y acumulación de fuerzas, por supuesto de la mano de sus amos sionistas e imperiales de EEUU e Israel.
Y de ahí fue a que se llega a la reunión denominada “Peligro en los Andes, amenazas a la democracia, a los Derechos Humanos y a la Seguridad Interamericana”, del mes de noviembre del año 2010 y que contó con el patrocinio del Congreso estadounidense y que no fue un hecho fortuito que se realizara en Washington. Reunión sin duda para cerrar el camino a nuestras democracias y a esas alternativas que estaban surgiendo en nuestro continente, y que los tenían profundamente asustada a la derecha en sus diferentes expresiones en nuestros países.
Y desde ahí produjeron documentos y se elaboraron planes diversos para esta nueva recolonización. De ahí que devino en el Golpe Parlamentario a Fernando Lugo en Paraguay y, de lo que no m cabe la menor duda, del asesinato de Hugo Chávez con la “inoculación” o irradiación de ese cáncer que acabó con su vida un 5 de marzo del año 2013. En las cuentas pensaron que asesinando a Chávez, Maduro no duraba seis meses en el poder y ellos volverían a tutelarnos, pero se equivocaron de banda a banda, pero continuemos.
Luego en 2016 el Golpe Parlamentario a Dilma Rousef, sucesora de Lula en Brasil, y que en el gobierno del socialdemócrata Michel Temer, aliado electoral de Lula y Dilma en 2014, paramilitarizaron las favelas (barrios) de Brasil, asesinando a líderes importantes del movimiento popular en ese país,una de ellas Mirelle Franco. Durante los dos años del gobierno de Temer, se asesinó más gente que la del propio sucesor de éste, el extremista Jair Bolsonaro, quien llega al poder en 2018 gracias a las maniobras del Poder Judicial brasilero para acusar a Lula de corrupción y encerrarlo durante casi tres años en la cárcel, para impedir así el retorno de Lula y el PT a la presidencia de Brasil en ese período.
Y ni hablar del gobierno de Macri de 2015 cuando llega a la Presidencia de Argentina. En 2017 Lenin Moreno quien llega en la Plataforma de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, lo traiciona y traiciona al movimiento popular, entregando a Ecuador a las grandes trasnacionales. Así como el gobierno de Pedro Pablo Kuzcinsky en Perú.
A Venezuela le tocó lo suyo evidentemente, luego del asesinato de Chávez. En una primera instancia y luego del derrocamiento de Yuschenko en Ucrania en el año 2013 con la Revolución del Maidán, trataron de hacerlo contra Maduro en una primera instancia a través de #LaSalida en febrero de 2014 en las acciones terroristas lideradas por Antonio Ledezma, Leopoldo López y María Corina Machado. No lo lograron. A finales de ese año se aprueba en EEUU una Ley de Protección a los Derechos Humanos en Venezuela, como preludio a la Orden Ejecutiva 13.692 donde fuimos declarados como amenaza inusual y extraordinaria a EEUU, el 9 de marzo de 2015. Importante es de destacar que durante ese período previo al bloqueo y al boicot contra Venezuela, habían caído de manera importante los precios del petróleo, y en el 2015 era año electoral para el parlamento. A través de la imposición de estas agresiones económicas que complejizaron la situación económica del país, la derecha fascista venezolana logró derrotar electoralmente al chavismo en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015 obteniendo una importante mayoría.
Pero es que incluso el tema de la migración venezolana no solo era un tema para golpearnos en el sentido del desmembramiento familiar, de dejar al país sin mano de obra calificada y de diversa índole para ponernos de rodillas. La campaña mediática de este fenómeno que venía desde la época de Chávez y dirigida fundamentalmente a los jóvenes con las piezas publicitarias “Me iría demasiado…” estaban dirigidas para el tiempo en el que gobernara Maduro. Y todo el odio y la xenofobia que se vino, viene y que mediáticamente vendrá contra nuestros connacionales es parte de la construcción fascista en el que nosotras y nosotros hemos sido una especie de “conejillos y conejillas de indias”.
Señalo esto porque ante la vuelta al poder (no señalo resurgimiento del fascismo, porque coincido con Rodríguez Gelfenstein cuando señala que el fascismo nunca se fue, siempre estuvo allí) justamente en estos momentos en Europa el tema de la extrema derecha en contra de la migración africana y suramericana no tiene muchas diferencias a las campañas que se realizaron, realizan y que en buena medida se realizarán en contra de la migración venezolana. El enemigo al que enfrentamos es un enemigo común.
Pero volviendo al tema, a Venezuela la trataron de rendir y nos aplicaron de todo para derrocarnos. En 2016 con una extrema derecha controlando el parlamento y conspirando contra el Estado Nación venezolano, en una primera instancia se trató de convivir con ellos, pero resultó imposible. Desde el parlamento se obstaculizó y torpedeó la labor del Ejecutivo, hasta el punto de buscar su salida. Y como por los mecanismos políticos y constitucionales no pudieron, retomaron el camino de la violencia y el terrorismo en el 2017. Enfrentar huestes paramilitares como las encabezadas por Oscar Pérez, CICPC traidor a su juramento que levantó un helicóptero de ese cuerpo policial y que ametralló la sede del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, la del Tribunal Supremo de Justicia, lanzando dos granadas a un pre escolar que sirve a los hijos de los trabajadores y trabajadoras del máximo tribunal y que afortunadamente no estallaron ni ocasionaron ninguna tragedia en junio de ese año. Las operaciones en Cotiza. Pérez resultó abatido en un operativo policial-militar en El Junquito el 15 de enero de 2018.
Fue ahí que con la activación y convocatoria al Poder Constituyente Originario, pero que previo a ello y cuando la extrema derecha en 2016 pretendió activar un referendo revocatorio contra Maduro de manera fraudulenta, lo cual fue impedido a través de mecanismos legales y legítimos, más la impugnación ante el fraude cometido en la elección de los diputados a la Asamblea Nacional del estado Amazonas, lo cual le hubiese dado al fascismo los 2/3 del control del parlamento para que ellos hicieran y deshicieran como quisieran (y que esta controversia judicial nunca se dirimió porque a ese mismo fascismo nunca le intereso resolverlo, antes bien fueron los primeros que promovieron tácticas dilatorias para que en el Tribunal Supremo de Justicia nunca se dirimiera la misma) demuestra que al fascismo no le interesa la solución política, dialogada y electoral sino el camino de los atajos y de la violencia.
Y así transitamos ese 2017, y que luego de la Asamblea Constituyente y siendo año de elecciones regionales y municipales, el chavismo luego de las evaluaciones correspondientes, hizo las rectificaciones y obtuvo un importante triunfo en los referidos comicios, ganando en 19 de las 24 entidades federales y en casi 260 de 335 municipios, fue el preludio de las elecciones presidenciales de 2018 ganadas también por el chavismo y Nicolás Maduro de manera épica. No sin antes destacar la llegada de Trump y del período de “máxima presión” a través de las agresiones económicas y sanciones que durante ese período era el que se impusieron más contra nuestra patria.
Y ni hablar del denominado Grupo de Lima, del gobierno de David Granger y la reactivación del conflicto por nuestra reclamación del territorio de la Guayana Esequiba, que en 2018 de manera unilateral Guyana decidió llevar esta controversia a la Corte Internacional de Justicia. También en ese año 2018 se atentó en contra de la vida del Presidente Maduro en un magnicidio afortunadamente frustrado por la Guardia de Honor Presidencial, el 4 de agosto de ese año.
Y así llegamos al 2019 y al experimento del interinato con la segunda autoproclamación de nuestra historia (la primera fue el 12 de abril de 2002 durante el Golpe de Estado contra Hugo Chávez por parte de Pedro Carmona) con Juan Guaidó, ya que EEUU no reconoció los resultados de las presidenciales del 20 de mayo del año anterior donde ganó Nicolás Maduro. Y así fuimos transitando en ese convulso y complejo período.
En 2019 nos toca afrontar con el autoproclamado el Golpe Eléctrico del 7 de marzo de 2019 y el que pretendieron dar con un grupo de militares y ex policías el 30 de abril, derrotado por la conciencia de nuestro pueblo.
En 2020 en medio de este complejo período, además de la pandemia de la Covid 19, la cuarentena, el “7+7”, derrotamos la invasión mercenaria y la Operación “Gedeón” con Jordan Goudreau y otros mercenarios, y ese año también el 6 de diciembre fue cuando se recupera el control del parlamento por parte de las fuerzas revolucionarias, obteniendo 4/5 partes del mismo.
A nuestro juicio, la recuperación política inicia en el mismo 2020 cuando en la Asamblea Nacional en desacato se logra dividir a la oposición. Un sector de ellos decide montar tienda aparte de los sectores extremistas de derecha, y se quiebra esa unidad que pretendía ser monolítica. Ahí es cuando se elige a Luis Parra, del partido Primero Justicia como Presidente de la AN, Franklin Duarte de la MUD, específicamente de Copei como Primer Vicepresidente, y José Gregorio Noriega de Voluntad Popular como segundo vicepresidente. El parlamento se mantuvo en desacato pero políticamente se quiebra la unidad de la oposición, volviéndola oposiciones.
Fue un gran acierto de la Revolución Bolivariana y del Alto Mando Político de la Revolución que, ante la inferioridad táctica que tuvimos durante todo este período en el parlamento y en otros ámbitos, y aunque no estuviéramos de acuerdo, se logro ir recuperando en una estrategia de largo aliento la gobernabilidad del país, para luego irla rescatando en otros ámbitos.
Razón tiene el camarada José Gregorio Rojas cuando nos indicó que en política a veces hay que adoptar cursos de acción no por las convicciones políticas o ideológicas sino porque las circunstancias no te dejan opción. Y eso le toco hacer a Nicolás Maduro en esas circunstancias que tal vez no las comprendíamos algunos en esos momentos. Me incluyo en ello.
Pero retomando este breve recuento para poder comprender el panorama bajo una visión completa. Se recupera la Asamblea Nacional el 6 de diciembre de 2020 en el marco de diálogos y negociaciones políticas. El chavismo obtiene 4/5 partes y sectores opositores más moderados y aunque en minoría, también obtienen su representación. Comienza el país a pacificarse y a calmarse. Los planes del fascismo no es que cesan, pero se ejerce mayor control de la situación.
En 2021 año de elecciones regionales y municipales, el chavismo reedita su triunfo de 2017 en 19 de las 24 entidades federales en el país y en casi 260 de los 335 municipios de le geografía nacional con la participación en los comicios de sectores moderados de la oposición más la extrema derecha extremista a través de la tarjeta de la MUD.
El 2022 continuamos transitando la pandemia y comienza la recuperación económica, el “7+7”, los diálogos, además de que se va ampliando la flexibilización en las actividades durante la pandemia más el inicio de la vacunación contra la Covid 19
En 2023 se levanta totalmente la emergencia sanitaria de la pandemia de la COVID 19 y se celebra el primer referendo consultivo sobre nuestra reclamación histórica del territorio de la Guayana Esequiba, en el que solo el sector fascista donde hace vida María Corina Machado estuvo en contra, y no es que llamó a votar por la opción del No, sino que trató de boicotearlo, tarea en la que fracasó.
Y así llegamos al 2024, en el marco de las nuevas elecciones presidenciales, participaron diferentes opciones de todo el espectro político venezolano, desde opositores moderados hasta corrientes fascistas. Y Nicolás Maduro es ratificado como Presidente por el período 2025-2031.
Tuve que hacer este largo recuento, porque ya para ir cerrando este artículo un tanto largo pero necesario, debo expresar lo siguiente.
El fascismo esta en un proceso de recuperación de espacios de poder. Europa es una demostración de ello y el sur del continente americano es demostración de ello. La experiencia en Argentina con Javier Milei; la posibilidad de que el año que viene con el candidato de ultraderecha José Manuel Kast en Chile; el triunfo del Frente Amplio en Uruguay con el candidato Ramón Antonio Orsi Martínez Yamandú que podría ganar la presidencia de ese país en primera vuelta, pero que éste es lo más parecido a Boric en Chile. En febrero del año que viene elecciones generales en Ecuador; también elecciones generales en la República Cooperativa de Guyana hacen que corrientes fascistas puedan alcanzar importantes espacios de poder en nuestros países, en el marco de un plan de recolonización del continente, además de ir cercando a la joya de la corona que es Venezuela, como lo ha expresado Nicolás Maduro y lo indiqué al inicio de esta nota.
Es evidente que el fascismo internacional está en un proceso de reorganización y rearticulación de sus fuerzas para lanzar nuevas ofensivas. Por eso no podemos bajar la guardia.
Pero también y justo es que lo señalemos, que por lo menos de parte de Nicolás Maduro, no solo en su condición de Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, sino como sucesor de Hugo Chávez en lo que se refiere a la conducción de la Revolución Bolivariana y su principal líder, ha extraído las enseñanzas de lo vivido en los periodos que tratamos de describir y hacer un recuento de lo vivido en Venezuela. También desde la Revolución Bolivariana, si bien reconocemos que estamos en mejores condiciones para afrontar lo que se nos viene, también estamos en un proceso de reorganización y de acumulación de fuerzas. Y que se vienen tomando acciones en diferentes frentes.
Uno de ellos es además de la discusión de la Ley contra el Fascismo, Neofascismo y otras expresiones similares es porque se tiene el panorama bien claro de que no es cualquier derecha la que pretende alcanzar espacios de poder no solo en Venezuela sino en el continente y el mundo. Indudablemente nos acusarán de “atentar contra el pluralismo político”. Nada más lejos de la verdad. Sectores opositores han participado, participan y seguirán participando política y electoralmente en Venezuela. De hecho, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela les garantiza ese derecho. Lo que no se puede aceptar, y en estos 25 años de Revolución Bolivariana no podemos caer nuevamente en esa ingenuidad política, de permitir la participación electoral y política de actores que pretendan utilizar los propios mecanismos constitucionales y legales para fomentar la destrucción del Estado Nación venezolano y aniquilar a los adversarios políticos. De ahí la necesidad, aunque el termino que emplee sea políticamente incorrecto, de cercar judicial y legalmente al fascismo.
Del mismo, tendremos una oportunidad extraordinaria, tal y como la tuvimos en el marco de la discusión del Plan de la Patria en su capítulo de las 7 Transformaciones, en la próxima reunión del Congreso de las Cinco Generaciones o del Bloque Histórico, para pensarnos e ir a este proceso de reorganización que se ha señalado en esta nota. No solo para el diagnóstico, que a grandes rasgos y de la manera más resumida hemos dado acá. Sino para generar los planes de acción y la propuesta no solo para los triunfos electorales que debemos tener y para afrontar las coyunturas electorales que se nos avecinan, sino para que la Revolución adopte la irreversibilidad del no retorno capitalista y cerrarle las puertas al fascismo como lo hemos planteado.
Al estudiar y analizar todo esto es que podemos señalar en su justa dimensión, que el Presidente Nicolás Maduro y el Alto Mando Político y Militar de la Revolución están bien claros.
En la medida que surjan elementos para el análisis y debate, además de propuestas, espero o esperamos poderlas ir desarrollando en próximas ediciones de esta columna
Así que alertas, moscas, pendiente y vista.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas (RENTSOC). [email protected], [email protected], [email protected]. Cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta en Facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano