Conociendo un poco cómo es el deporte del ciclismo, y la alta necesidad de oxígeno en los músculos que tiene, no es de extrañar que la anemia sea uno de los aspectos más usuales, una de las dolencias que con mayor frecuencia aparecen en él. Es, asimismo, una de las más difíciles de diagnosticar, por cuanto los valores de hierro en la sangre de los ciclistas pueden aparecer bastante distorsionados por el mismo ejercicio físico y el esfuerzo subsiguiente. Por ello resulta de importancia conocer este mal y las formas de atajarlo y prevenirlo.
Las causas de la anemia pueden ser muy variadas, a ir desde la toma de antiinflamatorios, hasta la presencia de una mala absorción de hierro en la sangre (típica de los celíacos), la menstruación en casos femeninos, el abuso de medicamentos como las aspirinas, una dieta excesivamente volcada en lo vegetal (los vegetarianos tienen que tener especial cuidado con las anemias) o un exceso de consumo de hidratos de carbono acompañado de pocas proteínas. A partir de aquí se pueden presentar los síntomas, que van desde el cansancio hasta el dolor de cabeza, la dificultad para dormir, la excesiva caída del cabello, la falta de concentración generalizada, el tener más frío de lo habitual y, en general, la apatía por todo.
De esta forma las anemias pueden afectar a valores como la hemoglobina, los hematíes o el valor de hematocrito, cuya bajada natural puede deberse a un proceso de este tipo. También el volumen corpuscular medio, esto es el tamaño de cada glóbulo rojo, puede verse afectado por la anemia. En la práctica estamos hablando de problemas que pueden acabar reduciendo nuestro volumen máximo de consumo de oxígeno hasta en un 75 %. Es decir, no solamente veremos mermada poderosamente nuestra fuerza como deportistas, sino que podemos encontrarnos con verdaderos problemas en nuestra vida habitual.
Evidentemente la diagnosis de una anemia tiene que venir estudiada, sin excepciones, por un médico especializado, aun mejor si tiene experiencia como médico deportivo. Con esto queremos decir que un síntoma de apatía no es suficiente para que nos auto diagnostiquemos una anemia, y en modo alguno puede suponer que nos automediquemos. Cada persona es diferente, y los métodos generales pueden ser expuestos, pero rara vez conseguirán una solución adecuada para cada caso.
Además, la automedicación, que siempre es desaconsejable, puede resultar realmente grave en el caso de anemias. Es decir, si por nuestra cuenta y riesgo nos lanzamos a tomar suplementos de hierro nos arriesgamos a aumentar en exceso los depósitos de ferritina, provocando una hemocromatosis. Las consecuencias de la misma son muy variadas, y pueden ir desde problemas gastrointestinales hasta dificultad para la absorción de otros minerales e incluso el enmascaramiento de problemas más graves de salud. En otras palabras, unos componentes realmente peligrosos con los que no debemos jugar sin ayuda de un nutricionista deportivo o un médico especializado.
Por eso la recomendación es la de siempre…vida sana, dieta equilibrada y entrenamiento sostenido y progresivo. Con esos mimbres seguro que consigues hacer un cesto de lo más interesante en tu relación de amor con la bicicleta.