Se puede combatir de muchas formas, a la manera antigua (las dichosas guerras con armas más o menos convencionales) o con otras armas, es decir con las políticas económicas o las aplicaciones económicas con políticas puntuales para cada problema.
Desde hace mucho tiempo según imperaban en el mundo los pensamientos filosóficos y políticos se aplicaban recetas de todo tipo, para en definitiva hacer lo que le daba la gana a los que siendo minoría tenían sus privilegios y por supuesto eso le han hecho siempre más ricos y poderosos.
Ahora debemos dejar paso a otras formas de aplicar políticas económicas que se encaminen a reducir la desigualdad entre los ciudadanos.
Como nos han dicho y dicen los mismos de la élite con poder que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, insisto, tenemos que dejar paso a gestionar la riqueza con una distribución muy distinta a la que hasta ahora han aplicado.
He escrito más de una vez, que mientras no exista una política fiscal única en Europa, no servirá para nada el euro que nos han implantado como panacea universal para facilitar nuestras transacciones de bienes y servicios.
También he digo alguna vez que otra, para que el Banco Central Europeo (BCE) sea un verdadero banco público de la Europa que deseamos sea fuerte ante el mundo, tiene que tener más poder para elaborar una política fiscal común para los integrantes de la Unión Europea.
No es necesario que se apliquen de golpe estas políticas, es conveniente que se haga con un plan consensuado por todos los integrantes de este espacio político y económico que es la UE.
El economista francés Thomas Pikatty, propone precisamente una medida para paliar la desigualdad y no es otra que implantar un impuesto europeo sobre la fortuna.
Este puede ser un buen comienzo para implantar una política fiscal común en Europa. Es cuestión de empezar a combatir.