Existen diferentes tipos de enfermedad que suponen un punto de inflexión en la salud del ser humano. Especialmente durante el invierno, es esencial que cualquier persona se abrigue bien para protegerse del frío y del efecto de las bajas temperaturas. Una de las enfermedades propias del invierno es la neumonía. En términos médicos, la neumonía es un proceso inflamatorio agudo del pulmón que está causado y producido por diferentes agentes infecciosos. Por supuesto, ante cualquier síntoma físico de enfermedad debes acudir a tu médico habitual para que pueda realizar y determinar un diagnóstico eficaz y concreto.
¿Cuáles son los síntomas habituales de una neumonía? El paciente puede mostrar fiebre de forma repentina. Una elevación de la temperatura que también puede causar escalofríos, tos y dolor en el pecho. Un dolor que puede ser intenso y molesto especialmente cuando el paciente respira en profundidad. Por otra parte, a veces, en un proceso de este tipo, el enfermo también se siente muy cansado y agotado físicamente, por eso, preferirá estar tumbado descansando ya que puede llegar a sufrir dolores de tipo muscular. La neumonía también puede llegar a producir dolor de cabeza.
Hoy día, el avance de la medicina es notable y muy positivo. Sin embargo, conviene matizar que una neumonía puede ser más grave en el caso de aquellos enfermos que tienen alguna enfermedad crónica. Por otra parte, también es más complicada en ancianos que siembre son más vulnerables físicamente y emocionalmente. Una persona mayor que esté con neumonía no sólo necesita seguir al cien por cien el tratamiento médico igual que lo debe hacer cualquier otro paciente sino que también, debe estar acompañada por la familia puesto que el cariño es el mejor remedio para alcanzar el bienestar emocional y el equilibrio en cualquier etapa vital. Durante los meses de invierno es esencial que las personas mayores se protejan especialmente del efecto de las bajas temperaturas.