Revista Opinión

¿combustion espontanea? no, gracias…

Publicado el 12 agosto 2011 por El Tridente

¿COMBUSTION ESPONTANEA? NO, GRACIAS…

 

Que el cuerpo humano es una gran fuente de calor, eso lo sabemos todos o casi todos si exceptuamos a aquellos que no parecen sentir nada y son seres fríos como el hielo. Pero, ¿por dónde se evapora el mismo? eso quizá no sea tan conocido y es una de las cosas que hoy me gustaría tratar. Tras leer sobre el asunto en la revista Muy Interesante, la información recopilada me ha servido además para crear mi propia versión de nuestra fuga térmica.

En la revista destacan que nuestro cuerpo ha de mantener una temperatura estable de 37 grados para órganos como abdomen, tórax y cerebro. Y que por regla general, el calor se desprende a través de la cabeza o por evaporación del sudor. Pues sí, esto es cierto, pero tan cierto como que existen otras zonas de nuestro cuerpo que canalizan altas temperaturas y que funcionan como escape para equilibrar nuestra temperatura corporal.

Los más perversos, que no pervertidos, enseguida habrán pensado en la zona genital. Sí, podría ser una de las áreas ya que allí se concentra en contadas ocasiones, si como en mi caso, se es soltero, o en casi ninguna sí se es casado, mucho calor. Pero más que un lugar de desahogo calorífico, esa zona es más bien, un horno difícil de apagar. Y es que el calor cuando uno se calienta, sexualmente hablando, se evapora a través del sudor y no como están ustedes pensando.

Yo les hablo de otras ‘salidas’ a nuestras altas temperaturas. Una de ellas reside en los ojos. Cuántas veces no han visto echar fuego por los ojos al jefe porque hemos llegado tarde. La temperatura de nuestro mandamás sólo parece evaporarse cuando nos ve entrar por la oficina y a través de esa mirada que desprende fuego nos avisa de que estamos al borde del despido. Una vez, Orteguita, mi compañero en la agencia de seguros del señor Telo, “Telo Aseguro”, me juró que el jefe lo miró con esos ojos, luego miró su café y éste empezó a hervir.

Pero quizá la forma más clara y conocida de expulsar nuestra alta temperatura sea la de hacerlo a través de la boca. ¿Y de qué forma? Pues gracias a una discusión sin sentido. Mi novia es de esas que enseguida se le calienta la boca y de ella pueden salir sapos y culebras por boberías como recogerla una hora más tarde o irme con los colegas de fiesta cuando es nuestro aniversario. Así que si quieren ser felices, eviten tener jefes, novias o calentones sexuales, porque así no tendrán que aguantar los desahogos de nadie, solo los propios.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…


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