Revista Educación

Come, grita, baila

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Come, grita, baila

Hoy voy a hablarles de placer, de liberación. Y todo es culpa de Roberta, protagonista de Las devoradoras, una novela de Laura Williams que ha editado Blackie Books. Si esto fuera un podcast, creo que empezaría gritando. Con fuerza, con rabia. Porque a medida que leía las páginas de este libro me daban ganas de hacerlo, porque Roberta era yo, esa joven que se sentía rara al empezar la universidad, atenazada por la angustia existencial de no saber tan bien como los demás mostraban qué se es y qué se quiere ser. Pero si les recomiendo esta lectura no es sólo por la liberación que supone asistir con Roberta y su amiga Stevie a las citas secretas de su club gastronómico, sino porque es una forma de plantearnos, con seriedad, cuál ha sido o es nuestra relación con el cuerpo. Me explico. Si vemos a una amiga después de un tiempo y la notamos muy delgada en seguida pensamos en enfermedad, en depresión, en angustia. Y es cierto que muchas de nosotras habremos pasado por etapas así, donde los kilos se nos iban en busca de las ilusiones perdidas. A otras les ocurre lo contrario, que las penas se acumulan en el abdomen y las caderas. Las películas no ayudan mucho, cuando la heroína deprimida se lanza de madrugada en busca del litro de helado que se asocia al desamor. Al final, nuestro cuerpo paga los trastornos de nuestro pensamiento, lo maltratamos cuando deberíamos estar agradecidas por sostenernos.

Come, grita, baila

Pocas veces nuestras referencias audiovisuales enseñan a amar nuestros cuerpos como son y a disfrutar de la comida, a festejar con placer la combinación de sabores, a romper con los estereotipos y olvidarnos de lo que los demás ven. Sí, por supuesto que está el "asuntillo" de la salud y hay que tenerlo muy en cuenta, pero si hoy hemos decidido cocinar y comer un producto "prohibido", por favor, dejemos el sentimiento de culpabilidad fuera y disfrutemos de la explosión de sabor y gustito. Sí, Las devoradoras es una lectura liberadora, muy bien escrita, que engancha y te invita a plantearte qué necesitas para despertar del letargo de la rutina y descubrir lo emocionante que es liberarnos de las expectativas de los demás, para centrarnos en los sentidos; en comer con gusto; en volver cada día a una casa solo para nosotras, porque no queremos vivir en pareja; en gritar, si hay ganas; en bailar, dónde y cuándo apetezca; en devorarnos, por fin, la vida.


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