Revista Opinión

“Comedores y centro de atención medica en las escuelas del estado de Sinaloa, para evitar la venta de alimentos chatarra y dar derecho a la salud a los alumnos de todo el estado” … -VIVO EN UN PAÍS DONDE LOS REOS DE LAS CÁRCELES TIENE MAS DERECHOS QUE ...

Publicado el 28 febrero 2020 por Carlosgu82

“Comedores y centro de atención medica en las escuelas del estado de Sinaloa, para evitar la venta de alimentos chatarra y dar derecho a la salud a los alumnos de todo el estado” …

-VIVO EN UN PAÍS DONDE LOS REOS DE LAS CÁRCELES TIENE MAS DERECHOS QUE LOS NIÑOS QUE VAN A LAS ESCUELAS…

¡Los beneficios del comedor escolar en niños!

El comedor escolar debe ser una herramienta educativa complementaria, que debe tener como objetivos principales intervenir en la educación para la salud, la higiene y la alimentación, al mismo tiempo que enseña aspectos relacionados con la responsabilidad, el ocio y la convivencia.

Por eso debe cumplir las siguientes funciones, desarrolladas en la “Guía de la alimentación saludable en la etapa escolar” de la Agencia de Salud Pública de Mazatlán :

Proporcionar a los niños comidas de calidad nutricional, higiénica y sensorialmente aceptables.

Hacer educación para la salud, desarrollando y reforzando la adquisición de hábitos saludables, tanto higiénicos como alimentarios.

Fomentar las normas de comportamiento y la utilización correcta del material y los utensilios del comedor, así como promover los aspectos sociales y de convivencia durante las comidas (educación para la convivencia y la responsabilidad).

Planificar actividades de ocio que contribuyan al desarrollo de la personalidad y a fomentar hábitos sociales y culturales sobre alimentación (educación para el ocio).

Es habitual que en casa el menú se adapte a los gustos o preferencias de los niños para evitar conflictos a la hora de comer. En el comedor escolar, no hay opción de elegir, todos los niños comen lo mismo. De esta forma, muchos acaban comiendo en el colegio alimentos que en casa suelen rechazar.

Actualmente, con la situación de crisis económica que se está viviendo en nuestro entorno, muchas familias encuentran dificultades para llegar a fin de mes y el primer aspecto en el que se procura ahorrar es en la comida. Por eso, acaban comprando menos productos frescos, de calidad y tienden a seguir una alimentación monótona, donde prevalecen alimentos superfluos y precocinados, que generalmente son más económicos.

Sin embargo, estos alimentos suponen un aporte calórico elevado, pero se trata de calorías vacías y no son nutricionalmente adecuados. En estos casos, el comedor escolar suele proporcionar una comida completa con frutas y verduras frescas. De aquí nace la gran necesidad de las becas de comedor, especialmente en la situación en la que nos encontramos.
Así mismo, una vez terminan de comer, los niños juegan en el patio, realizan actividades que en general suponen movimiento, fomentando la actividad física. En cambio, cuando los niños comen en casa, tienden a tumbarse delante de la televisión o del ordenador, favoreciendo el sedentarismo.

Comida ‘chatarra’, riesgo en escuelas

Con el regreso a clases, del nivel básico, también regresó la venta de alimentos «chatarra» afuera de las escuelas. Pese a todo lo que se ha dicho sobre el punto, son los propios padres de familia que acuden a recoger a sus hijos en edad escolar quienes les compran este tipo de productos.

A pesar de las prohibiciones y alertas que ha hecho el sector salud sobre este tipo de alimentos. Y aunque es un precepto constitucional desde 2014 «prohibir en todas las escuelas los alimentos que no favorezcan la salud de los educandos», esta mala práctica continúa y sin respetarse ese ordenamiento, lo que ocasiona problemas en el desarrollo infantil de los escolares.

Eso sin contar el detrimento económico también de las familias ya que les afecta atender las enfermedades que generan en el organismo este tipo de alimentos, que las más de las veces son preparados de manera insalubre, o bien, contienen una gran cantidad de picante.

En todas las escuelas de esta ciudad están presentes, en donde a la hora de salida de lunes a viernes los vendedores ambulantes en triciclos o sencillas mesillas ofrecen toda clase de alimentos como frutas, bebidas con refresco de toronja y otras llamadas «rusas», además de frituras, dulces y chocolates, que representan una tentación irresistible para los chicos.

Muy pocos padres son los que conscientemente saben el riesgo que corre la salud de sus hijos, así como el escaso valor nutricional que dichos alimentos ofrecen a sus niños, al ceder a la petición de la compra de golosinas y otros productos, de los que se ignora su higiénica preparación.

Y si a ello se le añade que es la misma persona quien prepara y cobra la fruta con picante o las frituras, sin lavarse las manos para esto, lo que trae como consecuencia posibles infecciones gastrointestinales.

Otro de los problemas que ocasiona dicha compra de comida «chatarra» afuera de las escuelas es el exceso de peso corporal, generando sobrepeso y obesidad en los niños, lo que ha ocasionado que el aumento de población en edad escolar con esta problemática va creciendo.

En este sentido, los médicos recomiendan evitar dichas prácticas a fin de no arriesgar a los niños y jóvenes a contraer enfermedades a consecuencia de una mala alimentación, pues las salud, dicen, comienza con buenos hábitos al comer, labor que les corresponde a los padres de familia, quienes deben estar atentos ante esta problemática de salud.

¡Urgencias médicas en la escuela!

Los niños y los adultos pueden sufrir situaciones de emergencia médica como consecuencia de lesiones, complicaciones de alteraciones crónicas de la salud o enfermedades graves e inesperadas ocurridas en la escuela.

En febrero de 2001, la American Academy of Pediatrics publicó un informe de política titulado ¿Pautas para la asistencia médica de emergencia en las escuelas? Desde la publicación de este informe, el espectro de las posibles emergencias de los estudiantes ha cambiado en gran medida.

El aumento del número de niños con necesidades especiales de asistencia sanitaria y con enfermedades crónicas que acuden a la escuela y los desafíos asociados con garantizar que las escuelas tengan acceso a los profesionales locales de la atención sanitaria de forma sostenida han aumentado los riesgos de las emergencias médicas en las escuelas.

El objetivo de este informe es aumentar el conocimiento de los pediatras del papel de las escuelas para preparar las emergencias individuales de los estudiantes y ofrecer recomendaciones a los médicos escolares y de atención primaria sobre cómo ayudar y apoyar al personal escolar.

FUNDAMENTO

Muchas escuelas carecen de un profesional de la atención sanitaria para responder a las urgencias médicas de los estudiantes. Las lesiones son la principal causa de muerte y discapacidad en Estados Unidos, especialmente entre los niños, y un 70% de las muertes por lesión ocurren en la juventud en edad escolar (5 a 19 años).
Se estima que del 10% al 25% de las lesiones se producen cuando el niño está en la escuela.

Además de las urgencias relacionadas con las lesiones, los estudiantes y el personal de la escuela pueden padecer estado asmático, crisis diabéticas, estado epiléptico, muerte cardíaca repentina y otras urgencias médicas.
La prevalencia de los niños con necesidades especiales de asistencia sanitaria que acuden a la escuela significa que en la actualidad existe un grupo de estudiantes con una amplia gama de alteraciones médicas que pueden necesitar instrumental especial, preparación y formación del personal, medicamentos y abastecimientos, decisiones y disposiciones de traslado, o una combinación de ellos.

Este informe destaca el papel del personal escolar, el equipo de salud y seguridad escolar (enfermera escolar, trabajador social, funcionario de recursos escolares), el médico escolar y el clínico de atención primaria en cada etapa del proceso de tratamiento de las urgencias del estudiante ocurridas en la escuela.Es importante observar el nexo fundamental entre la preparación para las emergencias y la preparación para el desastre.

Las escuelas preparadas para una emergencia tienen más probabilidades de estar preparadas para acontecimientos complejos, como los desastres comunitarios. Los planes de catástrofe en la escuela corresponden a otro informe de política de la American Academy of Pediatrics (AAP), “Planificación ante las catástrofes en la escuela”.

Es útil considerar conjuntamente estas 2 políticas para observar el espectro completo de la planificación de las emergencias escolares.


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