En España no sabemos vivir sin carne. Incluso andamos bastante pasados de ella. Sin ir más lejos el consumo medio de todo tipo de carne y derivados en 2016 fue aproximadamente de 50 kg por persona y año, es decir, algo más de media cuarta (137 gramos) diaria según los últimos datos del Panel de Consumo Alimentario.
El estudio ANIBES publicó en Nutrients que la ingesta media diaria de proteínas en la muestra fue de 74,5 g/día. Mayor en hombres que en mujeres y menor en las personas mayores que en las más jóvenes. Lo miremos por donde lo miremos la ingesta de proteínas se encuentra por encima de los límites superiores recomendados (15 % de la energía total). Según el mismo estudio, sólo 1 de cada 10 personas estaría dentro del rango diario de ingesta recomendable de proteínas en la dieta.
¿Y de dónde proceden estas proteínas? Una tercera parte de ellas de las carnes y sus derivados que junto a los cereales, sus derivados, la leche y los lácteos suponen el 68% de sus alimentos fuente.
Las proteínas vegetales sólo nos proveen de un 10% de las proteínas. Y si nos referimos a las legumbres, fuente alimentaria proteica cuantitativamente más importante, su presencia es poco relevante sólo es responsable del 3% de las proteínas. Y esta reflexión debe hacerse sabiendo que a parte de razonamientos puramente nutricionales, existen matices que pueden ser considerados a la hora de elaborar un mensaje o recomendaciones a la población general. Así un patrón alimentario debería considerar también la sostenibilidad del planeta, quizás deberíamos plantearnos que una alimentación saludable debe ser buena para nosotros y "buena" para el planeta, ya que al fin y al cabo los recursos son limitados. ¿Conocías que para producir un kilo de carne se requieren entre 15 y 20 kilos de cereales y 15.000 litros de agua?. Si bien de un kilo de carne pueden derivarse unas 6 raciones, con 15 kilos de cereales se pueden servir más de 180 raciones. Puestas así las cosas la cría de animales es una de las formas más ineficientes de producción de alimentos.
Visto esto ¿hace falta incentivar el consumo de carne entre la población española? Evidentemente la respuesta es ¡NO!. Como de proteínas ya vamos servidos podemos limitar o disminuir aquellas que vienen de los alimentos animales y potenciar el consumo de alimentos vegetales que sean una autentica alternativa nutricional y además una propuesta más sostenible para el planeta.
Poner en valor los alimentos vegetales: frutas y verduras, cereales integrales, frutos secos y legumbres es una saludable tarea de promoción que debe ser objetivo primordial en las tareas de mejorar la salud de la población.
No hace mucho, diciembre de 2017, una noticia nos desvelaba que el grupo político Compromís presentó en las Corts Valencianes, una Proposición No de Ley en la que se propuso la adhesión de los comedores escolares de la Comunitat Valenciana a la iniciativa internacional de los "Lunes sin carne" ("Meet Free Monday") para luchar contra el cambio climático y mejorar la salud de la población infantil. Una propuesta que también días antes Nicolas Hulot,el ministro francés de Transición Ecológica y Solidaria, había lanzado a los colegios de Francia "implantar un día con menú vegetariano a la semana" para que los pequeños se acostumbren a comer menos carne. Pues bien, esta medida puede ser totalmente compatible con la dinámica de los comedores si posibilitamos la sustitución de uno o de los días que se consideren de la proteína animal por la vegetal, sin embargo, ninguna de las guías de menús escolares consultadas, hasta hoy lo posibilitan. ¿No creéis que ha llegado el momento de revisar este importante aspecto en los comedores escolares?