Publicado por Ezequiel L
Basada en el disco homónimo, de tremendo y trascendente exitazo y que analizaremos en otro momento, es indisoluble de la película, de hecho, no sabremos si estamos hablando del disco o del film por momentos. Pero no os confundáis, no es un videoclip de una hora y pico.
Roger Waters, bajista de Pink Floyd, en la última etapa del grupo como un todo desarrolló casi en solitario y de manera bastante autobiográfica (la gran mayoría de los acontecimientos están basados en su vida, cosa que le perdonamos por hacer extraordinario uso de su genio y egolatría), este concepto de The Wall, una pared metafórica que usa en muchísimos sentidos y que podemos interpretar como una crítica absoluta a la cultura occidental.
La película comienza en una habitación de hotel , donde el ensimismado cantante de rock llamado Pink ( Floyd de apellido, sí) parece tener una consecución y mezcla de flashbacks y alucinaciones, formas que han tomado sus traumas de atormentarle en el día a día.
Para empezar, hacen su entrada unas escenas de la Segunda Guerra Mundial, de un soldado, su padre. El de Pink, y por supuesto el de Roger. Se trata de la batalla de Anzio, en Italia, donde murió junto con otros muchos soldados británicos defendiendo una posición estratégica. La guerra es así, comienzan el primer pilar de la psicología de nuestro personaje.
De alguna manera Pink encuentra un paralelismo entre el caos de la guerra y de soldados huyendo y cayendo y el escenario típico al caos de algún concierto de alguna superestrella de la música, la cual se equipara a un dictador, ambos al fin y al cabo son capaces de agitar a las masas y empujarlas en una dirección. Es importante el símbolo de este dictador: los martillos, símbolo muy importante dentro del concepto The Wall y que veremos más adelante.
Un Pink con pocos años de edad, que tendrá, como muchos otros, que crecer sin un padre, caído en batalla. Aparece entonces por primera vez el segundo pilar básico, seguramente derivado del anterior, la figura de la madre que sobreprotege.
Vemos alguna escena de Pink adulto, siempre con la TV encendida, viendo siempre dibujos animados, símbolo de infancia perdida y escenas de películas de guerra, en mitad de una habitación de hotel sumida en el desorden.
En contraste vemos parte de la educación de Pink, sólo acompañado de su madre, en el seno del conservadurismo, la educación “a la inglesa” será el tercer de los pilares de nuestro concepto. A estas alturas debemos recalcar cómo se nos parte el corazón al ver al pequeño Pink intentando que un otro niño en un parque compartiese su padre con él.
Apreciamos las primeras pinceladas del que será su carácter, un niño con aires de independencia, curioso, pero siempre con el recuerdo, si lo tuvo, de su padre en mente.
Una de las cosas que nos hará perder la cabeza, y en mi opinión es lo mejor de la película, a parte de la música, es la animación. De vez en cuando nos encontramos con verdaderas obras maestras de la animación, a la antigua usanza, siempre profundo y metafórico, creadas por el dibujante político Gerald Scarfe. Un verdadero acierto.
La primera de ellas, ya en el minuto 20, acompañando al tema Goodbye Blue Sky, una paloma se convierte en un ave gigante y destructora, representa los bombardeos nazis sobre Londres, con paisajes ruinosos y postapocalípticos y personas deformadas que se esconden en las cloacas ( no en la nuestra), con máscaras de gas. Y tras la debacle, la paz. La paloma reaparece de entre el desastre y los escombros y trae paz a los caídos, eso sí sin perder de vista el río de sangre que aún fluye.
Durante el film, según entiendo yo, el intento de paralelismo entre la Guerra , la época y su sociedad y nuestro tiempo es constante. Puede parecer una barbaridad comparar tiempos de guerra y tiempos de paz, pero la idea no es tan descabellada. Vemos un tren , que bien podría estar lleno de futuros inquilinos de algún campo de concentración, lleno de niños (alumnos más bien) con caretas que los hacen indistinguibles.
El concepto de la educación y la enorme crítica, el tema de la famosa “Another brick in the wall (part 2)” y sí, tiene sentido ahora eso de “we don’t need no education…” (tararead por favor, lo estáis deseando). Roger Waters muestra el sistema educativo casi como una fábrica, donde entra carne fresca y viva, niños, alumnos llenos de creatividad y personalidad, y lo que se obtiene al otro lado es carne picada. El objetivo de la escuela es igualarnos a todos en la mediocridad.
Es más, la creatividad será castigada, como podemos ver en la humillación que sufre el pequeño Pink cuando su profesor le caza con unos poemas en clase ( que es parte de la letra de la canción Money), profesor que a su vez es humillado y sometido cada día por su mujer en su casa.
La escena termina como podríamos desear e imaginarnos con todos los niños destruyendo la escuela. Aquí tenemos el uso de nuestro querido martillo, que ha de destruir la pared que la educación construye. Cada niño sería un ladrillo en la pared, la misma educación será un ladrillo de la pared, como otros muchos. Una pared que nos aísla y nos hace presos en algún y sutil sentido.
Y sin avisar, nos encontramos a Pink adulto llamando a un teléfono al que nadie responde, esperando alguna noticia de su mujer, tal vez lejos de él durante alguna gira. Este es el último concepto importante, la relación de Pink ( y supongo que de Roger) con las mujeres y la sexualidad. Empezando por su madre, de la que no tenía muy buena idea por lo que entendemos en la letra,
“Mother do you think she’s good enough — to me?
Mother do you think she’s dangerous — to me?
Mother will she tear your little boy apart?
Mother will she break my heart?”
pero bueno, ya lo veremos en un análisis del álbum.
La relación con la madre, seguramente descompensada por la falta de padre, acaba en sobreprotección y en distanciamiento y casi aversión del género femenino. Cabe destacar la imagen en la que el pequeño Pink se ve a sí mismo como esqueleto durmiendo junto a su madre.
También imágenes de su boda, una relación aparentemente normal, pero que la vida de estrella de rock, la droga y los traumas acaban destruyendo. Su mujer, con inquietudes propias, se refugia en los brazos de un activista y acaba en siendo infiel a Pink. Esta será la última puntilla para Pink en su relación con el género femenino. Una llamada cuya única respuesta es la operadora diciendo que un hombre está al otro lado de la línea.
Aquí de nuevo, una increíble animación, acompañada por el tema “Empty Spaces”, describe metafóricamente la relación, según Pink, entre los dos sexos, y del sexo en sí.
Son dos flores que juegan, se enredan, cambian de color, brillan, se muerden, vemos todo tipo de formas entre la mezcla. Todo acaba con la sumisión de la flor “masculina”, que es devorada por la femenina. He de añadir que no dejaremos de ver formas de vulvas, a veces monstruosas y a veces muy camufladas , durante todo el film. No digo más…
Bueno sí, en la siguiente parte…