Seamos optimistas, Adriana. El disloque que se comenzó a expandir desde las sociedades más desarrolladas como olas de tsunami van a provocar primero grandes estragos, pero cuando se repliegue “la marea” notaremos que ha cambiado “el paisaje”.
Yo tampoco prestaba atención a este tema hasta que emigré a otro sistema cultural de relaciones sociales y a veces me encuentro en medio de reuniones profesionales o sociales donde compruebo (desde ser “el diferente”) lo que todos perdemos al no integrar nuestras “diferencias” como un concepto de “beneficio”.