En Buenos Aires, pasando las últimas 48 horas antes de regresar a Sevilla tras 22 días de intensas emociones trabajando, viendo algunos amigos, reencontrando la bella mirada de mi bella hija Valeria y la tersura de mis nietos Sofía (3 años) y Matías (5 meses).
Tengo el corazón colmado de sensaciones y muchos pensamientos que tengo que comenzar a ordenar para construir un significado comprensivo acerca de lo que he vivido.
Me sentí muy honrado por el afable gesto del Intendente de Olavarría, Dr. José Eseverri, de recibirnos en su despacho junto con algunos integrantes de su equipo de colaboradores. Son tiempos complicados en los Municipios y hay muchas cosas por hacer y problemas por resolver… como siempre. Pero esta agradable reunión duró … todo el tiempo necesario, con un imperceptible (diría “excento de…”) protocolo. Cuando salí de su Despacho me sentí muy alentado, por su gesto, pero sobre todo por encontrar un renovado estilo de pensamiento en jóvenes políticos argentinos. Me hizo recordad al Intendente Luis Campo de General Pico con quien tuve el honor de trabajar junto a personas de su equipo a mediados de los años 90. ¡Gracias, Intendente Eseverri!
Reencuentros con personas, con sabores, con espacios. Revivir momentos de mi biografía como un paseo por el patio de mi escuela secundaria, contemplar mi casa de adolescente, la casa de mi mejor amigo de la adolescencia, el balcón de la casa de amigos de mis padres donde hace 50 años pasé momentos muy divertidos… y claro… el balcón de la casa de mi psicoanalista (Beatriz S.).
Quizás ustedes (apreciados seguidores) estén esperando mis reflexiones sobre los talleres y conferencias que he dado en el marco del Programa para la Formación de Formadores de Emprendedores en las ciudades de Olavarría y Lomas de Zamora, o que resuma mi ponencia sobre el uso de mentores como recurso estratégico en la formación empresarial en el marco del Programa para el Desarrollo de Jóvenes Emprendedores Rurales, o que transcriba detalles de las interesantes charlas que he mantenidos con amigos como Esteban Campero, Gabriel Jacobsohn o Gustavo de la Arena.
Me voy con muchas preguntas para que las que no encontré respuestas que me conformaran y que deberé seguir elaborando… ¿es la universidad la institución responsable de la formación de emprendedores?, si así fuera (yo no estoy “tan seguro”) ¿cuáles son los actores más apropiados para que se ocupen de ese rol de la institución educativa superior? ¿Qué objetivo primario tiene el sector público en materia de la animación de la cultura emprendedora? ¿Las políticas públicas para el incentivo de la creación de nuevas empresas tienen que salir a dar respuesta a todo el mundo o deben ser selectivas para lograr sus mejores impactos? ¿Qué saben los políticos y los técnicos que ejecutan los programas de formación y asistencia a emprendedores sobre qué es la empresarialidad y cómo se crea y gestiona una empresa con fines de lucro?