Revista Coaching

Comenzar a trazar el camino a seguir

Por Juanmartinezsalinas76

Hoy en día, conocer personas que se han quedado sin trabajo o que tienen posibilidades de hacerlo en las próximas fechas está al orden del día.COMENZAR A TRAZAR EL CAMINO A SEGUIR

Quedarse en el desempleo es un mazazo y el primer mes es duro hasta que uno se adapta a la nueva situación. Porque pasas de tener tu rutina habitual de actividades a tener todo el día libre. Hay quienes optan por guardar luto al antiguo trabajo, lamentándose de por qué paso y que podríais haber hecho para evitarlo. La verdad es que no se saca nada con esta actitud. La transición para pensar y clarificar hacia donde se quiere enfocar la búsqueda de la siguiente etapa laboral será necesaria, y pasado ese período, toca ponerse manos a la obra en vuestro nuevo trabajo: “buscar empleo”.

Debéis comenzar vuestro plan de acción con una actitud positiva y proactiva, anticipándoos a las oportunidades porque vais a buscarlas y no esperáis a que ellas vayan a vosotros. Debéis confiar en vuestras posibilidades y ver luz, no al final sino al principio del túnel. Es cuestión de que seáis pacientes y tenaces, sin desesperar.

En vuestro plan, debéis tener metas y para alcanzar las mismas, debéis plasmar vuestros objetivos para alcanzarlas, planificando diariamente las actividades que os ayudarán a seguir los senderos (objetivos) que os lleven al camino (metas). Como ejemplo, una meta profesional sería encontrar trabajo de Abogado o montar un negocio propio pero esto es algo genérico que hay que concretarlo con unos objetivos específicos. De lo contrario, van pasando los días y se diluye, quedándose en el olvido. Debéis detallar los pasos que os acercarán a las mismas para que lo veías de forma global, teniendo en cuenta todo lo necesario. Esto lo trataré en profundidad otro día.

Sobretodo, habrá que salir en busca de trabajo y no esperar en vuestra casa durmiendo hasta altas horas de la mañana a que el trabajo llame a vuestra puerta. Podéis soñar, pero siendo realista, no va a ocurrir. Hay que salir a buscar ese empleo. Cuanto menos hagáis, más pereza tendréis. Así que debéis abandonar cuanto antes a vuestros nuevos amigos más fieles, Don frigorífico, Doña televisión, Don Sofá y Doña Cama que agradecen tu compañía pero, en el fondo, piensan “danos un respiro”. Debéis frecuentar otras compañías más acordes a vosotros, como el colega ordenata con su fiel servidor “Internet” que os llevará a nuevas galaxias que os acercarán a la onda activa de buscar.

Una vez que ya estáis de nuevo en la onda precisa, debéis diversificar vuestra búsqueda, sin limitaros sólo a una consultora de selección o a un portal de empleo. Tenéis que usar TODAS las herramientas que existan, es decir, registrar vuestro currículum en todos los portales de empleo y consultoras de la zona de trabajo que tengáis establecida. Debéis ampliar los sitios de búsqueda, pensando y rastreando nuevos sitios que no conozcáis.  Debemos redoblar nuestro esfuerzo para conseguir lo que deseamos.

Debemos dar más importancia a nuestra red de contactos formales e informales porque, no olvidemos que, según encuestas recientes, más del 80% de las ofertas de trabajo no salen a la luz por los medios tradicionales y se cubren por el boca a boca de los conocidos, es decir, “Networking”. Así que, para empezar, tenéis que dejar bien claro a vuestros contactos qué buscáis, independientemente de os conozcan muy bien porque no podéis dar nada por hecho. Tendremos que cuidar a los contactos que ya tenemos, preocupándonos por ellos y ayudarles en lo posible. También hay que buscar nuevos contactos profesionales que os puedan venir bien en vuestra búsqueda.

Los seres humanos somos de hábitos predefinidos y de ahí es muy complicado sacarnos. No podemos hacer todos los días lo mismo en lo que respecta a la búsqueda y, si tras un período de tiempo, vemos que no obtenemos ningún resultado, deberemos analizar a qué se debe y revisar nuestras acciones. Quizás tenemos que abrir nuestros horizontes, ampliando tanto el tipo de puestos que buscamos, como la zona de búsqueda y algún otro aspecto que no hayamos tenido en cuenta. Debéis marcaros fechas de revisión para evaluar lo conseguido hasta ese preciso momento, viendo los avances y los retrocesos. Hay que ser flexibles pero a la vez rigurosos.

Va bien pedir consejo a otras personas de nuestro entorno, ya que nos darán su punto de vista de cómo ven nuestro plan y nuestras acciones. Esto ayudará a ver otras perspectivas sobre la situación en la que nos encontremos. No sólo debemos quedar con los demás para lamentarnos de lo desgraciados que somos por no tener trabajo porque esto no ayuda. Nadie dijo que el camino fuese plano, sin cuestas ni curvas. La meta está cerca porque es una carrera de fondo y no de velocidad.

Aunque parezca una contradicción, debéis aprender a decir no. El precipitarse, aceptando lo primero que salga no es bueno; se deben estudiar todas las posibilidades. Debéis tener claro lo que queréis y lo que no queréis. De lo contrario, os puede penar el decidir precipitadamente. Igualmente, debéis valorar vuestro tiempo y priorizar vuestras tareas porque el que no tengáis trabajo no quiere decir “que tengáis todo el tiempo disponible para los demás”. Hay que acostumbrar a los demás de que buscar trabajo requiere invertir tiempo.

Por supuesto, nada de buscar a la desesperada, enviando a todas partes, sin pararse a pensar si vuestro perfil se adapta a lo que buscan. Hay muchos candidatos preparados y receptivos a las ofertas. Y esto lo que hace es que las empresas se puedan permitir el lujo de ser más exigentes. Esto quiere decir que tendremos que pulir mucho más nuestra candidatura para ponerles difícil la elección. Hoy en día, el tener unas pocas entrevistas ya es todo un lujo que no se valora. ¿Cuántas personas preparadas y activas llevan semanas sin tener una entrevista? El que algo quiere algo le cuesta. Con tesón, sacrificio y ganas, al final, todo llega.

Debemos seguir preparándonos más que antes porque ahora salen menos oportunidades porque hay el triple de competencia. Así que tenéis que revisar constantemente vuestro currículum, carta de presentación, forma de hacer las entrevistas y contar vuestra trayectoria, vestimenta que lleváis a las entrevistas, etc. Porque no olvidemos que todo cuenta. Tienen que encajar todas vuestras piezas.

Personas muy preparadas hacen toda la labor previa bien y, al final, cuando ya lo tienen tan cerca, fallan porque en su subconsciente no han cambiado realmente el chip de su nueva situación. Muchas personas piensan que tienen que encontrar un trabajo con las mismas condiciones que el último y eso no ayuda. Ahora estáis en otra situación y debéis de buscar otras opciones que no serán ni mejores ni peores que las que ya habéis tenido, sino distintas y reales.

El estar activos en la búsqueda, haciendo muchas cosas que os acerquen a vuestras metas, os hará estar animados porque estáis en la galaxia correcta. No olvidéis que no es tan importante lo que hacéis sino por qué y para qué lo hacéis. No podemos hacer las cosas para estar entretenidos porque debemos invertir nuestro tiempo en cosas que nos ayuden a conseguir nuestro fin.

Al final, todo cuenta y el estar muchos meses estáticos, sin hacer nada, no ayuda y esto las empresas también lo tienen en cuenta. Así que debéis poneros manos a la obra cuanto antes. No tener trabajo no supone no hacer nada interesante con vuestra vida.

Las cosas pasan por algo y el quedarse sin trabajo es el fin de una etapa pero el principio de una nueva que desarrollará vuestro futuro. Es hora de comenzar a trazar el camino a seguir.


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