Aquí os dejo el post anterior: Cuidados Faciales.
Las personas adultas prefieren cenar en compañía, mientras que los más jóvenes lo hacen “por norma” delante de la tele. A esas edades, las consecuencias de comer siempre atendiendo al televisor pueden ser serias porque la actividad física es menor y la propensión a coger kilos es mayor. Y lo peor es que esos vicios de los jóvenes acaban adquiriendo los también los adultos. Según unas encuestas, el 53% de las familias siempre comen y también cenan en compañía del televisor.
Tenemos tan mecanizado el hecho de encender la tele que decidirse a apagarla cuando nos sentamos a la mesa requiere un esfuerzo mental, es un cambio en la rutina diaria, además de que es preciso que todos los miembros de esa familia estén de acuerdo. por eso, no pretendo que prescindamos de ella, a mi también me cuesta jejeje, sino que seas consciente de cómo se modifica la forma de comer y, sobre todo, lo que apetece comer delante de la pantalla del televisor:
- Mantienes la atención sobre un objeto determinado y no sobre lo que te llevas a la boca. Por eso, no te debe extrañar que en ocasiones tú o alguien de la familia no recuerde qué es lo que ha comido ese día.
- No aprecias el sabor de los alimentos ni sus cualidades.
- Eliges menús poco sanos. Como las familias que comen con el televisor encendido no prestan atención a sus menús, acaban eligiendo alimentos menos sanos. Así lo ha mostrado un estudio publicado en el “Journal of the American Dietetic Association”. Según el estudio americano, las familias que comen viendo la televisión comen menos frutas y también verduras.
- Comes más deprisa, en especial si lo que ves tiene un ritmo muy ágil.
- No te sientes saciad@. Al no ser consciente de que estás comiendo, tu cerebro no percibe correctamente las sensaciones de llenado y saciedad. Y eso te llevará, de nuevo, a comer más de lo que lo harías si masticaras de una manera consciente.
Todas las circunstancias anteriores pueden provocar que más tarde tengas la sensación de no haber comido lo suficiente ya que el cerebro está “distraído” y por lo tanto, o comes más cantidad o al cabo de un rato empiezas a picar después de la cena. Y eso, inevitablemente causa sobrepeso.
- La publicidad influye en nuestros hábitos de alimentación. Ten en cuenta que casi la mitad de los anuncios de alimentación están relacionados con la comida rápida o con los tentempiés calóricos, que no deberían tener mucha presencia en una dieta saludable. Intenta recordar, sino, cuántos anuncios sobre frutas y verduras has visto últimamente.
- Más calorías. Varios estudios han demostrado que cuanto más tiempo pasamos frente a la tele más probabilidades tenemos de engordar. Y en parte esto ocurre porque muchas personas tiene por costumbre “picar” alimentos de alto contenido calórico como patatas fritas, helado, frutos secos, palomitas, etc, mientras miran la televisión, aunque en realidad no tengan hambre.
- Menos movimiento. Si pasamos más horas frente al televisor gastamos menos energía para movernos. Así, ver la tele no solo nos hace comer mal, sino que también nos vuele sedentarios.
¡Un Saludo!Ana.