A principios de esta semana os comentábamos que habíamos fusionado nuestros dos blogs, Deambulando con Artabria y Las larpeiradas de Artabria. Qué mejor, para inaugurar esta nueva etapa, qué un artículo sobre un lugar al que se puede viajar y alojarte en él y disfrutar de su cocina?
Hace un par de meses, los padres de Luismi nos invitaron a comer en esta "casa grande". Era una sorpresa y no sabíamos a dónde nos llevaban. Cuando bajamos del coche nos encontramos inmersos en la naturaleza, estábamos en la Casa Grande da Fervenza en el concello de O Corgo, provincia de Lugo.
En esta ocasión, nosotros sólo fuimos a comer, pero como podéis imaginaros, también disponen de alojamiento.
Fuimos a principios de marzo, después de muchas semanas de lluvia, por lo que todavía se podía apreciar cómo había subido el cauce del río inundando toda la ribera. Esta casa grande está en medio del Mejor Bosque del Año 2007, según la ONG Bosques sin Fronteras y el Ministerio de Medio Ambiente y pertenece a la Reserva de la Biosfera de Terras do Miño.
En el río, hay un molino que se puede visitar pidiendo las llaves en la cantina y dejando un documento de identidad como depósito.
Además, según dicen en su página web, hay varios lugares de interés muy cequita: Lugo, su casco antiguo y sus Murallas Romanas, Patrimonio de la Humanidad; Museo Provincial de Lugo; Catedral de Lugo (S.XII); Visita guiada al Monasterio de Samos (S.VI); Balneario de Lugo y Termas Romanas; Museo de la cerámica ancestral de Bonxe; Castro y Museo de Viladonga; Fortaleza S. Paio de Narla en Friol; Templo de Sta. Eulalia de Bóveda; Museo de artesanía de cerámica de Bonxe; Marcelle Naturaleza y el Centro de interpretación Avifauna.
Pero centrémonos en la comida.
Para empezar nos pedimos un par de entrantes para compartir entre los 4, saquitos de boletus y ensalada de queso de cabra con confitura de manzana, frutos secos, canónigos, rúcula y achicoria. A mayores y gentileza de la casa, nos sirvieron un paté de mejillones con galletas mariñeiras.
En la elección de los primeros platos hubo bastante variedad:
- Costillar confitado de porco celta con salsa de manzana del país
- Capón de Villalba asado al horno de leña
- Merluza del pincho confitada con puré de patata y avellanas y ajada a la gallega
- Cordero lechal asado también al horno de leña
Después de las raciones bastante contundentes, hubo quien se animó con los postres:
- Yogur ecológico con miel y frutos secos
- Tarta de castañas
- Helado con salsa de higos
La comida estaba rica, el trato fue exquisito y el entorno una maravilla. Lástima como siempre de no haber podido probar los postres, porque la tarta de castañas fue la triunfadora de la jornada.