Algunas personas con enfermedad renal pueden mejorar su salud mediante la adición de frutas y verduras a su dieta, según un nuevo estudio. Un segundo estudio encontró que la mala nutrición juega un papel en la asociación entre la pobreza y la enfermedad renal y un tercer estudio halló que los pacientes negros de enfermedad renal son más propensos a tener presión arterial no controlada que los pacientes blancos.
Los tres informes fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nefrología. Las investigaciones presentadas en reuniones médicas deben ser consideradas como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por pares.
La terapia alcalina se utiliza para tratar pacientes con enfermedad renal con acidosis metabólica severa (demasiado ácido en el cuerpo). Los investigadores examinaron si había algún beneficio para la adición de frutas y verduras (que son altamente alcalinas) a las dietas de los pacientes con enfermedad renal de acidosis metabólica menos grave.
Los 108 pacientes del estudio fueron seleccionados al azar para recibir un combo de frutas y verduras, una medicación oral alcalina o nada. Después de tres años, el consumo de frutas y verduras y la ingesta de la medicación oral redujeron el marcador de la acidosis metabólica y preservaron la función renal en grados similares.
El segundo estudio incluyó a más de 2 mil personas y encontró que el 5,6 por ciento de los que vivían en la pobreza ha tenido enfermedades al riñón, en comparación con el 3,8 por ciento de los que no viven en la pobreza. También encontró que las personas que viven en la pobreza tuvieron una menor ingesta dietética de fibra, calcio, magnesio y potasio y los niveles más altos de colesterol.
“Una dieta poco saludable está fuertemente asociada con la enfermedad renal entre las personas pobres”, manifestaron los autores. “Las intervenciones dietéticas adaptadas para satisfacer las necesidades de esta población lograrían reducir las disparidades en la enfermedad renal”, concluyeron.
El tercer estudio evaluó el control de la presión arterial entre más de 6 mil adultos blancos, negros, hispanos y asiáticos con enfermedad renal. Los pacientes recibieron atención primaria en una red de salud que sirve a las personas sin seguro y aquellas aseguradas la recibieron de manera pública.
En general, la presión arterial de los pacientes fue de casi 20 por ciento mayor que las estimaciones nacionales y los negros tenían tasas más altas de presión arterial no controlada que los blancos, según los resultados arrojados por los estudios.
Los investigadores notaron que las minorías raciales y étnicas tienen más probabilidades de desarrollar insuficiencia renal que los blancos, tal vez debido en parte al pobre control de la presión arterial.
Aunque la investigación ha encontrado una asociación entre la dieta y el control de la enfermedad renal entre los pacientes, no demostró una relación de causa y efecto.
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