Alberto Narváez Arochi, líder de comerciantes de la Avenida Carranza en San Luis Potosí, ha expresado su profunda preocupación por el aumento de la inseguridad en esta zona crucial de la ciudad. Durante una reciente rueda de prensa, Narváez Arochi resaltó que, a pesar de encontrarse en un período político, la inseguridad que azota al corredor comercial es una problemática cotidiana que pone en riesgo la integridad de trabajadores, comerciantes y ciudadanos.
Narváez Arochi señaló el deterioro progresivo de la Avenida Carranza, especialmente desde la Reforma hasta el Centro, mencionando el abandono de negocios y el incremento de actos delictivos como consecuencias directas de políticas públicas ineficaces. «Cuando la autoridad abandona un espacio, el delito lo ocupa», declaró, haciendo un llamado urgente a las autoridades municipales, estatales y federales para que intervengan de manera efectiva en el corredor Carranza.
La problemática abordada no se limita únicamente a la percepción de inseguridad; se han reportado casos concretos de asaltos, vandalismo y violencia que afectan directamente a los negocios de la zona. Héctor Pacheco Martínez, administrador del edificio MY, compartió experiencias similares, destacando la falta de vigilancia y el impacto negativo de la ciclovía en la visibilidad y accesibilidad a los comercios.
Los comerciantes enfatizaron la importancia de unirse y colaborar con las autoridades para encontrar soluciones que permitan recuperar la seguridad y el atractivo comercial de la Avenida Carranza. Sin embargo, la frustración es palpable frente a la respuesta insuficiente de las autoridades y la reincidencia de delincuentes en la zona, a pesar de las denuncias y esfuerzos por parte de la comunidad comercial.
Narváez Arochi finalizó su intervención con una reflexión sobre el papel de las políticas públicas en el deterioro de la seguridad y el ambiente comercial en la Avenida Carranza. El líder comercial hizo hincapié en la necesidad de acciones concretas y políticas públicas eficientes que aborden no solo la inseguridad sino también el apoyo económico a los negocios afectados por esta crisis, para evitar que el corredor Carranza se convierta en una «zona de guerra».