El comercio urbano trae bienestar a la comunidad. Sin él, las ciudades estarían menos iluminadas, más sucias, habría menos vigilancia, faltarían puntos de reunión vecinal…
. Son un punto de encuentro de la comunidad, que en esos ratos diarios de confraternizar con los vecinos permite también el intercambio de opiniones sobre temas cercanos: la política ciudadana, los colegios, las obras de mejora en las calles, los eventos culturales…
. Diversos estudios realizados en ciudades de los Estados Unidos que han perdido una parte importante de su tejido comercial urbano llegan a la conclusión de que aumenta la inseguridad ciudadana, la sensación de oscuridad, la insalubridad y la falta de higiene en las calles. En definitiva,
Los comerciantes también apoyan al barrio de otras formas. Suelen ser participantes activos en las fiestas mayores y eventos culturales, bien aportando productos o bien decorando sus fachadas e interiores. No podemos imaginar una “ruta de tapas” por un centro comercial o una “shopping night” en un Mercadona.
Los eventos festivos locales son únicos y tienen el carácter propio de cada municipio.