[Cómic] Es difícil ser Superman

[Cómic] Es difícil ser Superman

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Pol F 9 febrero, 2015 0

[Posibles spoilers de Superman: Tierra Uno Volumen 3]

Tengo que confesar que desde que DC se lanzó con su reinicio The New 52, mi interés por todas las historias de esta editorial cayó en picado. Quizá algún día pueda hablar de ello sin revivir el trauma que me causaron los cambios que DC aprobó para personajes con los que me crié, pero como diría Aragorn, hoy no es ese día.

No obstante, si hay una grata sorpresa dentro de la narrativa de los grandes personajes de DC que merece la pena destacar, ésa es Superman: Tierra Uno. Quizá sea por el enfoque nuevo que se le da al personaje de Clark Kent, quizá sea porque el guionista es J. Michael Straczynski, o quizá sea porque, contra todo pronóstico, soy muy fan de Superman, pero lo cierto es que esta saga se me hace muy entretenida.

Tierra Uno surge con el mismo propósito que todos los cómics llamados “Año Uno” o “Ultimate”: narrar los orígenes de grandes superhéroes desde un nuevo punto de vista, no solamente para fans de toda la vida, sino también para aquellos que se han unido al mundo de los cómics recientemente gracias al universo cinematográfico. Es volver a contar la historia de cómo el protagonista se convierte en superhéroe utilizando un contexto más actualizado y siguiendo los cánones visuales que están de moda. Para aquellos que estéis leyendo esto por primera vez, podríamos decir muy superficialmente que los “Año Uno” son remakes de historias más antiguas.

En este caso, Superman: Tierra Uno tiene hasta la fecha tres volúmenes, todos ellos escritos por Straczysnki y con dibujo de Shane Davis (volúmenes #1 y #2) y Ardian Syaf (volumen #3). En Tierra Uno nos encontramos con una narración paralela a The New 52 que pretende contarnos la historia de Superman desde el principio, adaptada a los tiempos que corren, casi como si fuera una colección nueva que sale cada dos años en lugar de cada mes.

Esta dilatación en el tiempo no es del todo un error. Estamos hablando de tomos de entre 135 y 160 páginas en tapa dura, cada uno con una historia principal autoconclusiva que influye en los acontecimientos del tomo siguiente.

Nuevo año, nuevo tomo

El 2015 ha traído consigo la nueva entrega de esta saga, después de que sus predecesoras se estrenaran en 2010 y en 2012, respectivamente.

Portada de Superman: Tierra Uno Vol. 3

Si había algo que me preocupaba bastante era el cambio de dibujante. Shane Davis se había hecho cargo de los dos primeros tomos y su dibujo funcionaba bastante bien con la historia que Straczynski quería contar. Pero si os soy sincera, no debería haber dudado. Ardian Syaf ha hecho un trabajo magnífico ilustrando el tercer tomo, dándole continuidad al estilo de Davis y en ningún momento entorpeciendo el guión. Las escenas de acción están ilustradas en su mayoría de forma muy dinámica, siendo fáciles de seguir. Si a esto le sumamos que Sandra Hope permanece tras el entintado y Barbara Ciardo tras el color, las diferencias de estilo son imperceptibles.

En cuanto al guión de Straczynski, no os voy a engañar: no todo es color de rosa. Hay algún que otro fallo de continuidad, especialmente en las luchas, y no todos los personajes están igual de trabajados, pero aún así el guión de Tierra Uno es ameno, entretenido y engancha. El hecho de abarcar el “mito de Superman” y enseñar el arco de personaje de Clark Kent es un punto a favor.

Honestamente, creo que ese es el principal aliciente de Tierra Uno. Poder ver la evolución de Kal-El, su transición de adolescente incomprendido a joven adulto, el estrés de tener que esconder una doble vida y de no poder entablar relaciones sociales con normalidad es algo que resulta muy atractivo tanto para el lector o la lectora que ya conoce la trayectoria de Superman como la palma de su mano, como para un nuevo público de diversas edades que se ha atrevido con los cómics en los últimos años.

Tierra Uno es un nuevo enfoque dentro de la línea editorial que está llevando a cabo DC, una nueva historia que mantiene las principales características de Superman, pero que narra un punto de vista que hasta ahora se ha pasado bastante por alto: la propia introspección de Kal-El, los detalles que lo hacen más humano que alienígena y que lo llevan a simpatizar con una raza adoptiva que le quiere y le odia a partes iguales.

La narración es ágil y en la mayor parte del tiempo, con un ritmo constante. El volumen #3 además introduce al personaje de Zod y da pie al desarrollo de los Luthor (representados como matrimonio), comenzando así con la larga lista de villanos a los que Kal-El tendrá que hacer frente entre noticia y noticia en el Daily Planet.

Quizá el mayor problema de este cómic es ese mismo, el querer abarcar a dos (tres) antagonistas a la vez. Zod, por ejemplo, queda bastante simplificado, sin dar ningún tipo de motivación para sus acciones o su forma de pensar, lo cual es una lástima porque su potencial como némesis queda bastante desaprovechado. Por su parte, los Luthor salen mejor parados tanto en profundidad como en motivación, aunque no reciben todo el espacio que se merecen en las páginas de este volumen.

No obstante, hay cierta picardía en las interacciones de los personajes, bromas y sarcasmo que le aportan al propio Clark Kent una interpretación nueva y agradable. Al fin y al cabo, no todos los días Superman hace coñas sobre Facebook sin mover un sólo músculo de la cara.

El apartado “L” de la guía telefónica

Pero si hay algo que Straczysnki consigue en Tierra Uno #3 y que me parece un acierto de aquí a Marte es la representación de personajes femeninos interesantes. Lois Lane, Lisa LaSalle y Alexandra Luthor (nótese el uso de las “Ls”) son grandes pilares de la narración de esta historia y no sólo como compañeras de Clark Kent, sino como personajes en sí mismos. Son divertidas, son listas y no se dejan mangonear. Es más, no os miento si os digo que llegan al punto de salvarle el pellejo a Clark a lo largo de los tomos.

Lisa LaSalle en Tierra Uno Vol. 2

Lisa LaSalle, por ejemplo, es la vecina “escort” y actriz a tiempo parcial de Clark. En el número anterior, se parecía bastante al esterotipo de la manic pixie girl, pero en éste Straczynski lo arregla dándole algo más de personalidad. Si bien tiene toques de interés amoroso en ocasiones, el romance da paso a la amistad y a la complicidad de forma fresca y divertida.

Por su parte, Lois Lane es nuestra periodista de siempre: de armas tomar, nada de vaciladas y más intimidatoria que el propio Superman. Una delicia de personaje, si me lo permitís. Quizá el mayor fallo respecto a Lois es el poco espacio que se le dedica, siendo reemplazada en su mayor parte por Lisa LaSalle.

Pero todo esto me lleva a los giros de guión de Straczynski, particularmente con el personaje de Alexandra Luthor. No os quiero hacer ningún spoiler, pero os digo desde ya que la decisión narrativa del archienemigo de Superman ha sido una de las mejores sorpresas que me he llevado en los últimos meses. El tradicional personaje de Lex Luthor aparece aquí dividido en dos: Lex, quien es curiosamente quien tiene mayor estándares morales, y Alexandra, quien realmente presenta las cualidades del Luthor de toda la vida.

Mientras que él tiene remordimientos y se niega a tomar riesgos que supongan poner en peligro la vida de Superman, ella es un personaje frío y calculador. Cala a la gente a la primera y se espera lo peor de cada uno, pero aún así ama a su marido y tiene muchísima fe en él. Su forma de actuar y de pensar son las propias del tradicional Luthor, lo que supone un giro bastante fresco e interesante al darle a Alexandra un arquetipo de personaje normalmente atribuido a enemigos masculinos.

Alexandra Luthor en Tierra Uno Vol. 3

Personalmente, considero que Superman: Tierra Uno es una de las historias más atractivas que DC está publicando en la actualidad. No es perfecta, pero al ser un tomo de 140 páginas le permite al guionista explayarse en la narración de la historia, no sólo a la hora de crear la trama más inmediata (batallas, alienígenas y edificios en llamas), sino también en lo que respecta a la construcción del héroe. Si a esto le sumamos giros de guión, peleas dinámicas y un dibujo ameno, tenemos una historia que engancha a la primera y que entretiene al lector o lectora, dejándole con ganas de más.

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