Comic Review – Brass sun: La rueda de los mundos de Ian Edginton e I.N.J. Culbard

Comic Review…por César del Campo de Acuña

Brass sun: La rueda de los mundos de Ian Edginton e I.N.J. Culbard

La revista 2000 AD nació como un semanario dedicado al comic de ciencia ficción en el año 1977 y desde entonces, de un modo u otro, no ha parado de ofrecer al lector historias de ciencia ficción, un género tan amplio como inabarcable en el que prácticamente todo tiene cabida mientras mire de algún modo al futuro. Desde la distopía vista en Juez Dredd, pasando por la guerra interminable de Rogue Trooper hasta llegar a los viajes en el tiempo de Flesh la cabecera británica no ha parado de maravillar y asombrar a los aficionados al tebeo desde su creación. Pero no piensen que su producción se limita a publicar aventura tras aventura de sus personajes más conocidos y queridos. No. 2000 AD apuesta por nuevas historias, autores y conceptos desde siempre y es por eso que, con sus altas y bajas, nunca han dejado de lanzar obras sorprendentes como por ejemplo Brass sun: La rueda de los mundos de Ian Edginton e I.N.J. Culbard.

Edginton nos propone un “viaje del héroe” muy original en el que acompañamos a Wren, una joven que deberá visitar diferentes planetas de su sistema solar con el objetivo de volver a insuflar vida al moribundo sol del mismo. Para moverse de un lugar a otro utilizara el eje de la rueda de los mundos, el sistema mecánico que sostiene a los planetas orbitando entorno al débil sol. En cada mundo tendrá que hacer frente a diferentes peligros y conocerá a nuevos aliados que le ayuden a salir del trance y proseguir con su tarea de encontrar la llave que vuelva a dar cuerda al sol.

Pura aventura ya que aunque en las páginas de Brass sun: La rueda de los mundos encontramos mucha acción, lo esencial de su trama es el descubrimiento. El descubrimiento de los diferentes mundos que Wren y sus compañeros de viaje visitaran. Desde gigantes gaseosos llenos de criaturas alucinantes pasando por mundos que se asemejan más a colosales mansiones victorianas híper industrializadas que a lo que entendemos por un planeta. De fondo encontramos el telón de las grandes preguntas; ¿Quién creo la rueda de los mundos? ¿Por qué su creador ha abandonado a su creación? ¿Qué le empujo a crear esa obra ingeniería cósmica?… Edginton toma las grandes cuestiones en torno al sentido de la vida y las traslada magistralmente a las viñetas de un comic demostrando que se trata de un medio igual de valido para conceptos filosóficos tan elevados como el mejor libro o ensayo sobre la materia. Por si fuera poco el autor británico lleva a la trama de esta interesantísima y original historia aspectos de nuestra sociedad tan execrables como la avaricia, la codicia y el fanatismo con gran acierto ya que el lector puede palpar el subtexto de denuncia hacia aquellos que viven sumidos en su pequeño mundo sin otear el problema común que se divisa en el horizonte. Y no, no crean que Edginton pasa de puntillas por la personalidad de sus personajes ya que no escatima esfuerzos a la hora de desarrollar a todos y cada uno de los rostros que pasan por las páginas de esta obra de una manera sencilla pero sumamente efectiva.

Resulta envidiable como apoyándose en una idea convencional como es el “el camino del héroe” el autor gesta mundos increíbles dotándoles de una personalidad terriblemente original basada en su peculiar idiosincrasia planetaria empujando al lector a estar más interesado en el viaje en sí que en la meta. ¿Qué peligros, personajes y aventuras encontraran Wren y sus amigos en el siguiente mundo que visiten? es la pregunta que cada uno de los cliffhanger que encontramos a lo largo de la narración nos hace y ahí es donde entra esa sensación de la aventura del descubrimiento que les mencionaba con anterioridad nos envuelve. Por si fuera poco el dibujo sencillo y claro de I.N.J. Culbard nos invita a creer que nos encontramos ante un relato banal pero cuando te paras a oler las flores te das cuenta de que su estilo encaja a la perfección con la historia. Líneas claras, lejos de los diseños abigarrados vistos en las obras más famosas publicadas en 2000 AD, nos llevan a mundos de una opulencia visual pasmosa.

Brass sun: La rueda de los mundos es un comic sensacional. Realmente original a pesar de apoyarse en una premisa convencional en la que encontramos lo mejor y lo peor de nosotros mismos en un relato de ciencia ficción en absoluto pretencioso, muy interesante, cargado de aventura y el exotismo que solo los parajes desconocidos pueden ofrecer a ojos de un romántico.