Comic Review…por César del Campo de Acuña
Lobo: Especial Navidad Paramilitar de Simon Bisley, Alan Grant, Keith Giffen
Lobo, personaje creado en 1983 por Keith Giffen y Roger Slifer el cual debuto en las páginas de Omega Men, se convirtió en la década de los noventa en el personaje preferido de muchos preadolescentes y adolescentes impresionables entre los cuales, lo crean o no, me encontraba. El antihéroe definitivo; decía tacos, tenía una actitud chulesca, mataba sin miramientos y sus historietas estaba cargadas de incorrección política, mala leche y humor negro. ¿Cómo no le podría gustar todo eso a los mortales más flipados del planeta y que no son otros que los chavales que se mueven entre los trece y diecisiete años? El caso es que, como ya les he contado en las otras ocasiones que he reseñado o escrito sobre tebeos protagonizados por El Último Czarniano (en Lobo: ¡Nenas a mogollon! y Lobo: Guía Práctica del Cazarrecompensas para Disfrute y Provecho) yo me subí a aquel barco y tarde unos años en apearme y a poco dinero que pudiera juntar, ahí estaba yo comprándome mis especiales de Lobo y algún que otro retapado. El caso es que, en una de esas compras (o intercambios…vaya usted a saber), cayó en mis manos Lobo: Especial Navidad Paramilitar y, en aquel momento, no me pudo gustar más (y eso que, por aquel entonces, el dibujo de Simon Bisley me gustaba poco o nada…como me ocurría con el arte de John Blanche). Era irreverente, sacrílego y violento. Solo le faltaban unas pocas mujeres ligeras de ropa para tenerlo todo.
Pero, hay amigos, el tiempo pasa. Cambiamos y un día cometemos la osadía de no solo mirar atrás, sino a desandar el camino para tratar de volver a experimentar las sensaciones que nos transmitieron experiencias olvidadas. Volví a leer el comic. Saque el tebeo de una caja de grapas apolilladas y me puse delante de las viñetas por primera vez en años. El dibujo me pareció horrendo. Terriblemente sucio incluso para el estilo de Bisley y el… ¿guion? De Keith Giffen son cuatro chascarrillos (algunos bastante graciosos, no les voy a mentir) patinando sobre una trama pobre. Pero, oigan, que esto no solo ocurre en este comic de Lobo. Ocurre en la mayoría. Es lo que pasa cuando tienes un personaje sobre el que no puedes construir nada (fundamentalmente porque lo único que le importa es la violencia) y al que no puedes hacer caminar por un arco. En esencia la trama trata sobre un planeta en el que los niños se vuelven híper violentos si no reciben regalos de navidad. Entonces, en la puerta de unos padres asustados (que planean asesinar a sus propios hijos) y sin blanca, aparece un libro que cuenta una historia dispuesta para asustar a los niños antes de navidad. Como no saben de qué trata el libro, lo leen para encontrar una historia en la que El conejito de pascua, representándose a sí mismo y a otras representaciones de fiestas importantes, contratan a Lobo para acabar con el reino del terror de Santa Claus. Lobo, el hombretón, acepta y se marcha hacia el polo norte para asaltar la fortaleza de Claus, un antro custodiado por elfos armados hasta los dientes. Allí Lobo se tendrá que abrir paso como el solo sabe para cobrar una pieza más.
En esencia, y con el objeto de no destriparles más el argumento, esa es la trama de este Lobo: Especial Navidad Paramilitar. Lo peor, sin lugar a dudas es la arbitrariedad de todo. No hay un momento (independientemente del hecho irrefutable de que este comic se trata de un especial) en el que nada suponga un obstáculo real para el protagonista. Todo parece estar dispuesto para molar y ya. Por momentos me puedo imaginar a alguien diciéndole a Giffen: “jajaja, que gracioso…mete un gorila en el comic, que son lo más” y ni corto, ni perezoso mete un gorila…porque sí, para molar más que nadie y dejar a sus públicos flipando antes de su próxima cita con su mano, una revista y la taza del wáter. Tiros, cabezas explotando, una pelea a cuchillo, bombas nucleares y el típico “quien ríe el ultimo, ríe mejor” omnipresente en la mayor parte de las aventuras de El Último Czarniano. Sé que estoy juzgando con excesiva severidad una historieta dispuesta para el público que fui y no para el que soy y no, no es que me avergüence de mi pasado como lector pero lo cierto es que podría haber estado leyendo cosas más edificantes y duraderas en el mismo formato en aquellos años.
Háganme caso; Si están pensando en revisitar algo que les hacía feliz en sus años formativos (y me refiero a la formación social que es la que importa) piénselo dos veces. Quizás la nostalgia sola no pueda sostener o apuntalar el resultante de volver atrás. En general Lobo: Especial Navidad Paramilitar, es un tebeo anecdótico que cumplió con su cometido en su momento y al que no conviene volver pero al que no importaría llegar si se tiene la edad adecuada. El tiempo, a este comic en particular y al personaje en general, les ha sentado como una patada en la entrepierna y miren que fui magnánimo con las otras dos reseñas que he realizado sobre historias de El Último Czarniano pero es que esta, está hecha con una desgana y una prisa que trascienden el papel y como no te pille con la edad de los flipados o con una inmadurez crónica te van a producir el deseo de ahogar a Bisley en un bidón de tinta y cortarle los dedos a Giffen con un abrecartas. Reseñado solo por encontrarnos en el día que nos encontramos y no tener más obras de corte navideño (que no sean interpretaciones de Cuento de Navidad de Charles Dickens como Batman Noel) en mi biblioteca. Mi encuentro con mi yo de 15 años de edad y sus gustos en materia de cómics sí que ha sido un regalo que no voy a olvidar en una temporada.
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