Comic Review…por César del Campo de Acuña
Rogue Trooper de Gerry Finley-Day, Dave Gibbons y otros autores
Ya les he contado, en innumerables ocasiones, el limitado acceso que tenía a determinados productos de entretenimiento durante mi infancia. Mis padres ejercían un férreo control censor sobre que películas podía ver y cuáles no y al estanco en el que comprábamos la prensa no llegaban demasiados comics. Dejando a un lado los tebeos de toda la vida (los de Bruguera), Los 4 Fantásticos de John Byrne, algún que otro número de Los Vengadores, otros de El Increíble Hulk y muchos de G.I.Joe. El resto no existía o al menos no en formato viñetas. No es de extrañar ante ese panorama que los videojuegos, el único campo de esparcimiento para niños ignoto para mis progenitores, se convirtieran en mi reducto lúdico y aunque nunca me dejaron comprar Mortal Kombat, no fueron pocas las monedas que invertí en la recreativa y no se quedaban atrás la ingente cantidad de combates que libre a cara de perro en casa de un amigo. Con esta entradilla sencillamente les quiero dar a entender que lo que para ustedes puede sonar antiguo para mí, en muchos casos es nuevo. Sirva como ejemplo el hecho de que no me enfrente a las películas de Pesadilla en Elm Street hasta bien entrado en la veintena y no descubrí el universo 2000 AD hasta hace un par de años. Si ustedes crecieron alucinando con todo aquel terror de los años 80 y con las aventuras del Juez Dredd, Perros de Estroncio, Flesh, Dan Dare y demás personajes de la popular revista británica, me alegro por ustedes, pero entiendan que para algunos de los que no tenemos intención en ser expertos en nada, hay muchas cosas por descubrir aunque les parezca increíble.
Por casualidad, como suelen ocurrir las mejores cosas de la vida, comencé a interesarme por los personajes de 2000 AD y tras escuchar un podcast dedicado exclusivamente a la revista de comics británica nacida el 26 de febrero de 1977, me interese especialmente por la creación de Gerry Finley-Day y Dave Gibbons: Rogue Trooper, la cual llego a las páginas del semanario en 1981. Rápidamente me puse a explorar cuales eran las mejores opciones para hacerme con sus aventuras y encontré que la Ediciones Kraken (ya saben, los amigos que publicaron las imprescindibles tiras protagonizadas por Popeye dibujadas y guionizadas por Bobby London) había lanzado al mercado 5 números de paginación variable y encuadernados en rustica. Estaba dispuestos a hacerme con ellos pero otras colecciones que en ese momento tenía abiertas me impidieron económicamente hacerme con los ejemplares (publicados entre 2007 y 2009). Paso el tiempo y me olvide del soldado de infantería genética hasta que una vez más la casualidad quiso que me encontrara con cuatro números saldados en una tienda de comics de Madrid. No lo dude un instante, me hice con ellos a pesar de que precisamente faltaba Rogue Trooper #1: La guerra del futuro, el primer número de la colección. Como no podía ser de otra forma rastree toda tienda de comic en su búsqueda y finalmente tuve que tirar de una página de compraventa de artículos de colección para hacerme con el ejemplar que me faltaba. Curiosamente me costó lo mismo que el conjunto de los cuatro que compre en Madrid.
Una vez tuve el número 1 en casa me puse a disfrutar de las aventuras de aquel soldado renegado de piel azul sobre la superficie contaminada de Tierra Nu. ¿Y qué decir? Pues que es pura acción; La trama principal gira entorno a como Rogue Trooper persigue por todo el planeta al traidor que vendió a la Infantería Genética de los Sureños al Bando Norteño. Acompañado de tres compañeros caídos en combate (Helm, Bagman y Gunnar) en forma de Bio-chips ajustados a su equipo, Rogue se ve a sí mismo buscando venganza y entre los dos bandos ya que los sureños le consideran un desertor. Las historias, salvo Fort Neuro (recogida en el segundo número de los editados por Kraken), suelen ser cortas, de no demasiados números de duración siendo algunas incluso autoconclusivas lo cual ayuda a la narración de Finley-Day a no hundirse en tramas en las que el propio autor y los lectores puedan perder interés. Cortas, directas y llena de conceptos espeluznantes como el hecho de que las voces de tres camaradas de armas muertos en combate sigan al protagonista a todas partes. Presentadas en un impactante blanco y negro salido de los lápices de Dave Gibbons, Cam Kennedy, Colin Wilson, Brett Ewins, Eric Bradbury, Mike Dorey, Bill Nuttall, Tome Frame, Tony Jacob, Boluda, Trevor Goring, Steve Dillon y José Ortiz. Y aunque esta mareante cantidad de nombres (dibujantes y entintadores) les pueda dar a entender que el resultado será una mezcla insoportable de estilos, todos los autores, sin perder su personalidad, se adaptan al original de Gibbons con maestría y si tuviera que destacar a un par de ellos, sin lugar a dudas me quedaría con el trabajo de Cam Kennedy y con el de José Ortiz.
Si me tuviera que quedar con unas historias de las recogidas en estos volúmenes, sin lugar a dudas me quedaría con la de los saqueadores liderados por el traidor y la que lleva a Rogue y a sus compañeros de armas al mundo de Horst poblado por increíbles especies de animales antropomórficos. No obstante, no se piensen ni por un segundo que el resto no merece la pena ser leído. No. Los conceptos y el desarrollo de las aventuras son increíbles. Desde armas que producen pesadillas, pasando por otras que inducen al suicidio a los objetivos afectados por ella, pasando por alambradas devoradoras de carne, mares sulfurosos (los mares escoria) en los que solo la infantería genética puede nadar, nubes de gas toxico que matan al instante a cualquiera que pierda su respirador, aerotransportadores, armas de grueso calibre, traiciones, agentes dobles, científicos, ladrones, soldados genéticamente alterados más parecidos a simios salvajes que a tropas de asalto, desiertos de cristal, trastornos producidos por la continua guerra….¡ACCIÓN, ACCIÓN, ACCIÓN! Así de sencillo; ¿se lo quieren pasar bien?, pues cojan un tomo de Rogue Trooper y déjense llevar a tierra Nu y embárquense con Rogue en su caza, aunque eso sí, háganlo con moderación, ya que el formato de historia corta, a pesar de las alucinantes ideas en ellas recogidas, se puede hacer un tanto pesado a la larga y para el quinto volumen, la fórmula de la persecución y de guerrear continuamente queda un tanto agotada. Pero si lo toman como pequeños descansos entre lecturas más pesadas, disfrutaran como niños con la creación de Gerry Finley-Day y Dave Gibbons. A fin de cuentas, si seguimos comprando tebeos es por eso, para pasarlo como niños.
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