Comic Review – Super Agente 327 (1977/1979) de Martin Lodewijk

Comic Review…por César del Campo de Acuña

Súper Agente 327 (1977-1979) de Martin Lodewijk

Hacía mucho, mucho tiempo que no escribía sobre uno de los sensacionales tomos que Dolmen Editorial está editando en la línea Fuera Borda. Personalmente no puedo decir que, durante mi despreocupada infancia, leyera en alguna ocasión las revistas Fuera Borda o Súper Fuera Borda por lo que muchos de los personajes que Dolmen Editorial está rescatando en estas lujosísimas ediciones son prácticamente nuevos para mí. Si conocía a Johan y Pirluit, a Bermudillo y a Natacha pero el resto me suenan poco o nada como es el caso del Agente 327 creado por el dibujante neerlandés Martin Lodewijk en 1966. Aposte por el ejemplar motivado por la aventura de descubrir un comic del que no tenía referencia alguna más allá de la calidad de la línea bajo la que era publicado. Una vez en casa realice la liturgia habitual que he establecido con los tomos recopilatorios que no es otra que una aventura al día para no empachar el gusto y terminar aborreciendo al personaje por el ansía. Lo curioso es que este ejemplar no incluye las primeras historietas del Agente 327, sino las publicadas entre 1977 y 1979 que son Dossier: La bahía de los tiburones, Dossier: El gran dormilón y Dossier: La ronda de noche. Este movimiento no me importa en absoluta ya que, como ya les he comentado, nunca había leído nada sobre Hendrik Ijzerbroot o Enrique Panférreo como le bautizaron en España en la década que me vio llegar al mundo.

¿Y que encontré en su interior? Pues encontré unas aventuras muy agradecidas de leer que hacen gala de una incorreción política para el presente que me saco más de una sonrisa y hasta alguna carcajada. ¿Y me gusto? Por supuesto que sí; Disfrute mucho acompañando al torpe Panférreo en sus peripecias llenas de personajes pintorescos, localizaciones exóticas y una combinación entre el humor y la acción terriblemente disfrutable. ¿Pero quién o qué es el Súper Agente 327? Pues es un agente secreto que se mueve a caballo entre James Bond y el Súper Agente 86 que nació al calor de la proliferación e interés que despertaban las historias de espías en la década de los 60. En cada nuevo volumen, o dossier, Panferréo se enfrenta a un nuevo caso del que saldrá airoso gracias a la combinación de su buena suerte, habilidades y colaboradores (la explosiva Olga Lawina o el mujeriego Carlos Ojoalparche entre otros). Los dossier, como no podía ser de otra manera, estarán plagado de los clichés que hicieron tremendamente populares a la ficción de espías de corte más popular en su época como son trampas mortales, mujeres bellísimas y villanos de gran personalidad marcados por algún atributo visual que los haga fácilmente identificables. Al ser tres historias las que conforman este ejemplar no me parare a hablares sobre la trama/guion pero si puedo destacar que mi historia preferida fue Dossier: El gran dormilón en el que Lodewijk inunda las páginas con un derroche de fantasía, color e imaginación. Por cierto, en el primer Dossier cierta famosa azafata de vuelo hace un pequeño cameo.

Visualmente ha envejecido francamente bien. No nos encontramos ante un ejercicio de línea clara pero cualquier lector que haya crecido leyendo las aventuras de Asterix se encontrara como en casa al enfrentarse al dibujo de Lodewijk. En ese aspecto solo le puedo poner un pero al dibujante neerlandés y es la increíble cantidad de viñetas sin fondo que salpican las páginas de las aventuras del Agente 327. Por otro lado, resultando evidente, algunas referencias no las vamos a entender por el tiempo que ha pasado desde la primera vez que se publicó el comic pero no crean que esta nadería entorpece la lectura en absoluto. Como ya he escrito con anterioridad las historietas son muy agradecidas de leer y aunque no apelen al lector joven de hoy, si llaman a la puerta de aquellos que entienden la gran labor de conservación que está haciendo Dolmen Editorial para con algunas joyas del comic europeo. Evidentemente no puedo dejar de mencionar los aspectos más brillantes de la mimada edición de la que hace gala toda la línea Fuera Borda. Tapa dura, papel mate de alto gramaje, jugosos extras sobre el autor y un tamaño de 21×28 cms. Todo un lujo.

¿Puedo recomendar el primer tomo de Súper Agente 327? ¡Por supuesto que sí! Aunque con ciertas reservas. Como ya he comentado, estas aventuras no fueron escritas para los niños de hoy y aunque nunca esta demás que se acerquen a ellas por aquello de que leer nunca le hace daño a nadie, el público objetivo de estas ediciones no es otro que el que siente auténtica pasión por las viñetas o aquel que quiere vivir una aventura sin esperar que esta le dé una lección profunda o le cambie la vida. Verán, a mi juicio, Súper Agente 327 es acción y humor sin concesiones ni zarandajas y por eso merece la pena ser leído, conservado y reivindicado para que jamás caiga en el olvido.