Rosa y Javier
¡Qué cómic más bonito! Aunque la historia sea dura y triste, me ha encantado leer esta novela gráfica. Este es el debut de Paco Hernández y Jose Ángel Ares en una historia larga, y esperemos que sea la primera de muchaaas obras más, una combinación realmente genial.
El argumento gira en torno al problema de la droga. Javier es un chico de 23 años que es ingresado en el hospital por un cuadro de sobredosis. Es entonces cuando Rosa, su madre, empieza a sospechar que su hijo tiene un problema serio con las drogas. A partir de aquí se iniciará un laberinto de mentiras, disgustos, discusiones, reproches...Rosa hará todo lo posible y lo imposible para ingresar a Javier en una clínica. Para ello trabajará día y noche, a pesar de que le cueste su propio equilibrio, ya que Javier ha pedido mucho dinero por el barrio endeudando a la familia. El marido de Rosa es un alcohólico en paro y su hijo menor empieza a notar la situación familiar descuidando sus notas.
Es la historia de amor de una madre coraje, así como la intensa relación entre una madre y su hijo.
Mi libro de horas
Y aquí tenemos una obra única, de esas que hay pocas. Frans Masereel, es el autor de estos 99 dibujos en blanco y negro, que hay que ver y procesar sin prisa pero sin pausa. Puede que algunos dibujos te digan mucho y otros poco o nada, pero el conjunto total no tiene desperdicio.
Masereel (1889-1972) fue un artista belga y uno de los creadores más importantes del campo de la xilografía. Fue mundialmente reconocido como pacifista y trató con frecuencia en sus obras temas de interés social. A comienzos de la Primera Guerra Mundial se mudó a Ginebra para evitar ser movilizado, y allí entabló amistad con otros intelectuales de la época como Stefan Zweig y Romain Rolland.
Masereel publicó varias novelas sin palabras, utilizando sólo grabados, entre las que destaca esta misma obra y La Ciudad (1925), obra que destaca la frenética vida de una gran ciudad así como sus desigualdades sociales.
El prólogo de Mi libro de horas corre a cargo nada más y nada menos que de Thomas Mann, el cual hace una precisa introducción sobre el autor y lo que nos encontraremos en las páginas siguientes.
Interesante conocer a este artista precursor de la xilografía, así como su obra, ya que influyó en un gran número de artistas posteriores. Gran parte de su obra se encuentra en el Museo de dibujo e ilustración de Buenos Aires.
Abajo dejo un vídeo en el que se puede observar la obra La Ciudad de Masereel.