Otra de las series que serían relanzadas tras las Crisis en Tierras Infinitas de DC, que significó un nuevo comienzo para su universo, sería Wonder Woman. Pese a tener tras de sí muchos años de existencia y algunas etapas interesantes, realmente nunca vendió demasiado bien, pese a ser uno de los principales pilares de la editorial, junto a Superman y Batman. El excesivo número de versiones y tratamientos distintos del personaje siempre le pasó mayor factura que a sus compañeros, tal vez por ser mujer y no saber ser tratada por autores masculinos.
Si ridículas pueden considerarse algunas historias de antiguas de ambos, las de la Princesa Diana pueden considerarse como surrealistas y absurdas. En sus páginas, los diferentes creadores la utilizaban como todo tipo de banco pruebas, con las ideas más descabelladas: volar en un avión invisible, hacerle perder sus poderes y convertirla en una espía karateka ¿?, existir dos Wonder Woman a la vez de diferentes mundos, cambios de uniforme y personalidad, una inestabilidad total en su entorno y elenco de secundarios, etc… (Incluso grupos feministas hicieron presión a DC para que Wonder Woman abandonará su uniforme blanco y su trabajo de espía y volviera a su uniforme y poderes tradicionales, sobre todo debido a la serie de TV protagonizada por Cathy Lee Crosby, un año antes del moderado éxito de la nueva, interpretada por Lynda Carter, vivir para ver)
Todo eso cambiaría tras las Crisis en Tierras Infinitas. George Pérez, el mismo dibujante de la serie anteriormente mencionada, que ya había triunfado en DC con colecciones como La Liga de la Justicia y sobre todo con sus geniales Los Nuevos Titanes, se mostró muy interesado en dibujarla, es más, casi exigió a DC hacerse cargo de ella. Cuentan que acabó también como guionista tras contar sus planes para los argumentos.
Lo cierto es que, inspirándose en el Thor de Walter Simonson, George Pérez diseñó una Wonder Woman firmemente afianzada en la mitología griega. Con la tábula rasa que le ofrecían las Crisis, narró su nacimiento surgida del mismo barro por los dioses, y convirtió la Isla Paraíso de las amazonas en el último refugio de las mismas de la “locura de los hombres”. Convirtiéndose en embajadora de paz, pero con fuertes vínculos terrenales, Diana viviría entre los dos mundos para intentar limar diferencias entre ambos. Los dioses griegos tendrían una gran importancia en la serie, pero también sus aventuras mundanas.
Pero el gran acierto de Pérez es su narrativa y el equilibrio entre innovación y clacisismo. La creación de un nuevo elenco de secundarios, la inocencia en algunos temas de Diana, la brillantez de sus historias, el mensaje pacifista que se cuela por toda la serie, pese a las constantes luchas contra dioses y villanos, el tratamiento de los dioses, en especial de Zeus, Ares y Hermes, los mejor logrados de la serie, y los villanos, la nueva Cheetah (genial tanto su origen como motivaciones y personalidad) Circe y Cisne Plateado, personaje nuevo creado para la serie, cuando ya casi no se crean nuevos personajes interesantes.
En cuanto al dibujo, bueno es George Pérez, con eso está todo dicho, pero aquí se le nota el esmero que puso en su serie. Los doce primeros números son de una calidad insuperable, creo que lo mejor de toda su extensísima trayectoria profesional, y eso es decir mucho.Imprescindibles los dos tomos de Clásicos DC que Planeta publicó, por fin, a tamaño original y con buen papel, cubriendo toda su etapa como autor completo al guión y dibujo. Lástima no haber seguido la publicación. Pese a que abandonó el dibujo en el número 24 USA, George Pérez siguió en los guiones hasta el número 62 (señal inequívoca de lo a gusto que estaba en la serie). Si bien los otros dibujantes no son él, el nivel de los guiones era realmente bueno, con una continuidad a nivel de calidad sin grandes altibajos.