Un joven y prometedor guionista llamado Brian Vaughan, que venía de trabajar en series como Ka-Zar, Mística, La Cosa del Pantano y sobre todo, la novedosa y original Runaways fue fichado para intentar dar nueva vida a una debilitada línea Vértigo de DC. El planteamiento en si no era muy original, el apocalipsis, un virus mortal que diezma a la mitad de la población del planeta y cambia el status quo del mundo es algo muy visto en la ciencia – ficción. Lo novedoso fue que, en este caso, fuera la población masculina, es decir, todo aquel que tuviera el cromosoma Y (de ahí el título) moriría en cuestión de minutos, quedando un mundo poblado solo por el sexo femenino, a excepción de un superviviente varón (dos en realidad, si contamos al mono del protagonista)
Lo que podría considerarse la fantasía privada de todo hombre, se convierte en toda una pesadilla para Yorik, un escapista de feria no demasiado bueno en su trabajo, sin ambiciones, inocentón, infantil, irritante y hasta algo ridículo. Vamos, todo lo contrario de un héroe valiente y noble. Rodeado de mujeres con mucha mayor personalidad que él, intentando sobrevivir y con el único e inicial deseo de encontrar a su novia, su madre y su hermana (muy típico) Yorik vivirá una alucinante aventura hasta un desenlace mucho más increíble y surrealista.
Porque lo cierto es que es el espectacular elenco de secundarias lo que hace de esta serie una obra imprescindible, Brian teje una compleja trama de un arranque más bien sencillo. Sin caer en el vulgarismo en que el que podría tratar un mundo sin varones, ni tampoco en el tópico que las mujeres serían mejor gobernantes que los hombres, nos presenta una sociedad que comete los mismos errores del pasado. Sin embargo, la historia se centra en el protagonista, que en ocasiones parece un monigote, una mera comparsa de todo lo que pasa a su alrededor, muy superado por los acontecimientos.
Y ese es precisamente, (desde mi punto de vista) uno de los pequeños defectos de la serie. Es difícil identificarse con un tipo tan absurdo y en ocasiones patético, pero al mismo tiempo, también es un acierto al salirse del estereotipo de super-macho en una sociedad de débiles mujeres. Aunque hay veces que el lector está deseando que le peguen un tiro ya al protagonista y acabemos con esto…
La elección de la dibujante Pia Guerra también es acertada. No es una gran estrella, ni dibuja unas espectaculares hembras, más bien todo lo contrario. A veces su dibujo algo simplista te aleja un poco de la historia, este cómic con un mejor dibujante hubiera sido un super-ventas, pero lo cierto es que a medida que avanza la trama, el dibujo pasa desapercibido, lo cual no es muy bueno para el autor pero si para la historia.
El Catálogo del Cómic está la está reeditando en un formato de tomos cartoné bastante económicos, es, desde luego, un cómic que deberías leer… antes de que rueden la película…