La variedad de pizzas a escoger a veces supone un problema, porque te das cuenta de que lo quieres todo, y lo peor, que no hay consenso, por lo tanto cada uno se pidió la suya, así no discutíamos. También pedimos algún aperitivo.
Pedir pasta ya era pasarse... una cosa es saltarse la dieta y otra engañarse a sí misma, por lo que decicimos pedir una ración de pasta para los dos. Esto de pedir la pasta era sólo por probar... bueno, no, lo reconozco, tenía más hambre que el perro de un afilador.
Por cierto, las pizzas riquísimas y la pasta me supo estupenda... tanto tiempo a plan me hizo disfrutar mucho más esta comida.
Si todavía no habéis probado a pedir comida con Just eat os animo a hacerlo, es muy fácil de pedir y más aún de recibirlo en casa recién y calentito. Bon appétit!!