Comienza Aoling… con sacrificios

6:00am. Me despierto con la luz que entra entre las ramas de bambú de mi choza. Bajo a la cocina y veo por la ventana que están despiezando una vaca. Se adelantarón a la hora prevista. Es el primer día de fiesta y la principal actividad es el sacrificio de animales, para dar la bienvenida a la primavera, y para poder tener una gran fiesta.

Me dicen que no me preocupe, que van a por la siguiente vaca que matarán una vez deshuesada y limpiada la primera.

Y en efecto, una vez terminada la primera vaca, que han tardado apenas una hora, acercan a la segunda al árbol, la atan, y con la parte de madera de un machete le arrean dos estacazos que la vaca cae desplomada, acto seguido la degollan, con sus machetes previamente afilados en rocas, hasta que separan la cabeza del cuerpo.  

Más rápido de lo que esperaba, menos ritualistico de lo que esperaba.

Y el proceso empieza de nuevo: quitar el cuero, separar los órganos, limpiar las piezas… y los niños jugando apenas metros, con coches y robots, la naturalidad de la escena es sobrecogedora.

Una vez la limpieza de la segunda vaca ha terminado, se friega el suelo rápidamente para no ataer a las moscas!

Prácticamente la totalidad del día está dedicada al sacrificio. Se hacen pequeños paquetes en hojas de plátano para enviar a las familias y vecinos, se reciben paquetes de otras casas.

Los intestinos, higado, estómago se hierven en el momento y son ofrecidos a los trabajadores y a familiares. Las buenas piezas se empalan en pequeños trozos y se ponen sobre el fuego para ser ahumadas, previamente untadas en abundante sal. En apenas tres días sobre el fuego estarán listas y podrán ser conservadas durante meses. Y las sobras…

Un día a sido suficiente para hacer desaparecer esas dos vacas, para dar de comer a cientos de personas y para crear un buen “stock” para las fiestas. Pero no hay ningún problema si estas provisiones se acaban. En la cuadra espera el “comodín”, un cerdo comprado en el mercado por si acaso el apetito de los comensales excede lo esperado estos próximos días. Yo que llevo sin comer carne este mes y medio en India estoy deseando incarle el diente a carne, que probablemente nunca vuelva a comer en un estado tan fresco.

Empiezan las fiestas y desaparece la lluvia y el granizo. Aparecen cielos claros donde se ven puestas de sol impresionantes, y donde sin tener que forzar la vista se ven montañas que pertenecen a Birmania. Por la noche las estrellas abruman, hasta que sale la luna, que al ser llena, ilumina las siluetas de las montañas, y te permite andar de noche sin necesidad de linterna.

Mañana sigue la celebración. Mañana creo que sin sacrificios.

PD. Con estas fotos estoy teniendo problemas morales, tengo fotos muy muy graficas y estas mucho menos, pero igual os siguen pareciendo demasiado sangrientas. Si os parece mal, o quereis discutir sobre el tipo de imagenes por favor hacedlo en los comentarios o escribidme.

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