Revista Cultura y Ocio
No van a dejar ni que nos comamos las uvas en paz. Comienza el boxing político. Y buscan sparring. Los simpatizantes y afiliados (no simpáticos) se nos van a echar a las calles, puerta a puerta, a rascar votos indecisos, que los hay. Quierto tener un fin de año sin mierda de éstas, y nada, no me libro del imbécil de turno. Y eso que les digo que mi voto es visceral, que no tiene nada que ver con ideales o afinidades políticas. Que me importa un carajo las propuestas "más de lo mismo" y "promesas rotas". Pero nada. Vaya Coñazo. Voy a tener que camuflarme con ropajes de harapos a ver si me dejan en paz y puedo hacer mis compras de Reyes Magos. Pero es ilusorio. Son como esos religiosos que como les abra la puerta, estás jodido, porque ya no te libras así como así. Hay que mirar antes por la mirilla de la puerta antes de abrirla. Dicen que no contestar al timbre es de mala educación. Y un cojón. Si les abres la puerta, estás jodido, de verdad. Y estos púgiles en captura de indecisos funcionan igual. Digas lo que digas, te sueltan el guión. Toda respuesta lleva a una respuesta trampa, hasta que te atrapan si no les da un guantazo dialéctico. Son como esas empresas mutinivel que te engachan, te manipulan y te estafan en la vulnerabilidad de los sentimientos. Pero me puesto los guantes (rojos, para ser exactos) y no pienso discutir. No pienso abrir la puerta aunque sea una mala acción social. No voy...¡Pero qué coño! Si lo estoy haciendo... Ni van a dejar que mis post se libren de tales musarañas.