Hace alrededor de ocho años uno de mis amigos de la carrera comenzó a experimentar un poco con Ubuntu. Debo decir que desde aquel momento la interfaz gráfica me pareció mucho más llamativa que la de Windows XP y por mucho. Pero en aquel momento no me atreví a instalar Ubuntu por miedo a dañar algo. En retrospectiva me parece una tontería pero en aquel tiempo no quería dañar la máquina que recién me había comprado mi padre.
Además en aquellos tiempos Ubuntu requería quebrarse un poco más la cabeza. Lo digo porque veía como mi amigo desconfiguraba su sistema cada rato. Quizá solo era lo normal de un novato, pero el temor de dañar mi máquina se acrencentó y no volví a pensar el tema. Por alguna razón me quedé con la idea de que utilizar Linux era algo complicado. Han tenido que pasar ocho años para dejarme de cosas y comenzar mi propia aventura lejos de Windows.
Mi inicio con Linux hace apenas unas semanas no fue algo planeado. Lo que requería era un pretexto y afortunadamente lo encontré. Con el fin del soporte a XP por parte de Microsoft supe que un par de máquinas del trabajo tenían sus días contados. De hecho una de las computadoras decía que el software no era original y actualizarla era complicado. En resumen ambas máquinas eran lentísimas, se llenaban de virus y siempre daban problemas.
Entonces me puse a leer información como loco. En un principio pensé en dejar todo por la paz porque encontré que había muchísimas distribuciones de Linux, cada una con características específicas. Yo creía ingenuamente que Linux era solo Ubuntu, y cuando encontré palabras como distro, kernel y GNU me pareció algo complejo, no por el hecho de que no pudiera aprenderlo, sino que el trabajo no me deja mucho tiempo. Pero me dijé: "al diablo, vamos a probar esto".
Después de un día de lectura intensa llegué a la conclusión que Lubuntu era la distribución adecuada para el par de máquinas que quería rescatar. Lubuntu prometía correr bien en máquinas con hardware limitado, que era lo que tenía en frente. Así que sin más descargué la imagen .iso, la guardé en un CD y comencé la instalación. Este primer paso fue lo más sencillo del mundo, tanto que quedé sorprendido de tener un sistema como ese de manera completamente gratis.
Claro que después de tanto tiempo manejando Windows uno cree en un principio que las cosas funcionan igual y así es como me di mis primeros topes contra la pared. Pero estaba decidido y buscando en Google fui entendiendo como funcionaba eso de la Terminal, que debo admitir que me espantó porque la última vez que utilicé comandos fue en MS-DOS. En fin, han sido unas semanas de mucho aprendizaje. En siguientes entradas les iré contando muchas cosas más.