Tengo la cámara olvidada, casi no la toco desde hace varios meses. Me da un palo enorme ponerme a disparar. Vamos, que la estoy usando sólo para hacerle fotos a la niña cuando se viste de princesa o se disfraza en el cole. Y así no voy a ningún sitio.
Me plantearé retomarla cuando vuelva el buen tiempo, salir más a la calle, pasear por la zona en busca de buenas vistas y recuperar el gusanillo de disparar en busca de lo que el ojo no ve. Pero mientras aprovecharé uno de esos servicios parecidos a Instagram, pero en su versión Android, que los anti-iPhone tenemos que salvaguardar nuestra reputación y no caer en la tentación por mucho que nos guste la fotografía.
He elegido Lightbox, donde ya tengo creada mi cuenta cavalleto.lightbox.com y donde voy a ir subiendo cada día una foto. Si veo que no me canso y que mantengo el ritmo no descarto convertirlo en mi fotoblog, que el actual está totalmente parado (síndrome Zapatero).
Quería comenzar el lunes, pero @eduardobenito me recordó aquello de que no dejes para mañana… Pues eso. Comienzo hoy, pero ya comprenderás que a las 12 de la noche, con todos durmiendo, la casa a oscuras y sin poder hacer ruido, lo primero que se me ocurrió fotografiar fue lo que me sirve para comunicarme entre tú y yo:
Día 1: Digitus