A pesar de estar ya a comienzos de octubre, el sol aún cae con fuerza aquí en Alicante. Mi hijo y yo estamos en lo alto de un montón de escombros en una cantera abandonada. Mi mujer está sentada en una piedra bajo un pino cerca de donde estamos nosotros. De vez en cuando levanta la mirada del móvil para echarnos un ojo. A pesar de lo avanzado de su embarazo, ha querido acompañarnos, no es una apasionada de las piedras (es como llama ella a los fósiles) pero al menos así disfruta de este día tan despejado. Desde esta elevación se ven las obras de la “nueva” depuradora (la obra lleva un par de años parada por la crisis) y a los camiones de basura descargar en el vertedero. Por suerte, hoy el aire sopla a nuestro favor.
-Papá ¿esto es un trilobites?
Sostiene en la mano una roca con un fósil en forma de bala seccionado longitudinalmente.
-No Adrik, eso es un belemnite cortado por la mitad. Los trilobites son mucho más antiguos, pero guárdalo, esta bien conservado y se puede ver la estructura interna.
-¿Y este papá?
Me enseña una caracola del tamaño de mi puño. A pesar del desgaste se ve que es algún pariente de la pleurotomaria.
-Ese es un tipo de caracola. Aquí no hay trilobites campeón. Este yacimiento es del cretácico inferior y los trilobites vivieron mucho antes.
-Jooo, yo quiero encontrar un trilobites.
-No te preocupes, cuando estés preparado iremos. ¿Si quieres nos vamos?
Niega con la cabeza y sigue buscando. Este es un buen yacimiento para iniciarse, abundan los ammonites de pequeño tamaño (lytoceras, turrilites, etc), los belenmites, caracolas (pleurotomaria y turritela principalmente) y de cuando en cuando alguna sorpresa, pero mi joven compañero de escapadas quiere trilobites.
Ahora, viéndolo extraer “fósiles” de su juego de geoworld tan concentrado, me viene a la mente ese día. Me recuerda a mí con su edad, vive los fósiles. Poco a poco, el triceratops (su dinosaurio favorito) va tomando forma, al igual que el cabreo de mi mujer por ver toda la cocina llena de escayola. La pobre tiene el cielo ganado con nosotros.
-Oye papá ¿cuando vamos a ir a buscar fósiles?
Sonrío, no lo puedo evitar. Ahora, con su hermana recién nacida y mi trabajo, tenemos más difícil el salir a buscar pero no voy a dejarlo con las ganas.
-El domingo iremos a Agost, conozco un buen sitio allí.
-¿Esther también?
-No, Esther aún es muy pequeña, pero lo mismo este verano nos puede acompañar con el carro.
El yacimiento de Agost pertenece al mioceno, no es ninguna maravilla pero es accesible para un niño de cinco años y tiene bastante de variedad de equinoideos, además de una plaga de foraminíferos. Me sabe mal por él pero tendrá que aguantar con los pocos yacimientos que conozco, los mercadillos de la asociación paleontológica de San Vicente y alguna que otra escapada al museo de Elche. Al menos hasta que localice algún yacimiento de trilobites cerca o crezca un poco más mi pequeño paleontólogo.
PALEOSHINOBI (Juan José Santana)
Y este es el último de los relatos presentados al Cuarto Certamen Literario Koprolitos. Lo envió Juan José Santana, otro viejo conocido por aquí, al que ya habiamos leído con "Icnitas". Gracias de nuevo por participar Juan José.