A medio centenar de kilómetros de Santander, Comillas ofrece playas de finas arenas, la pajarería del Parque Natural de Oyambre con sus marismas, dunas, acantilados, rías,… y, en el pueblo, calles empedradas, plazuelas, casonas solariegas, torres y edificios modernistas en cantidad y calidad suficientes para merecer una visita. También por la historia que ha almacenado con el paso de los años.
Ciudad monumental, noble y aristocrática, alcanzó su máximo apogeo a finales del siglo XIX, cuando el rey Alfonso XII, y con él su corte, la eligió como lugar de veraneo. Coincidió con un periodo de auge artístico que culminó en las primeras manifestaciones del modernismo catalán.
El palacio El Capricho de Gaudí./Juan José Hernández Rodríguez
Comillas tiene un patrimonio artístico y arquitectónico de indudable legado. Sobre todo debido a un gran mecenas, Antonio López y López, marqués de Comillas, quien hizo fortuna en Cuba. Prueba de la amistad de éste con el monarca fue el consejo de ministros celebrado aquí en 1881.
Este acontecimiento fue aprovechado para instalar luz eléctrica en la ciudad.Comillas se convirtió en la primera localidad española en disponer de este tipo de alumbrado. El marqués encargó al catalán Joan Martorell la construcción de su residencia palaciega, el magnífico palacio de Sobrellano, de estilo neogótico, que hay que visitar.
La fuente de los Tres Caños./Jaume Meneses
A escasos 100 metros se halla el palacio de El Capricho del genialAntonio Gaudí. Llama la atención la fachada de ladrillo con tiras de cerámica decorada que reproducen la flor del girasol y la torre cilíndrica, gotizante, sobre cuatro columnas también decoradas con girasoles. Declarado Monumento Histórico-Artístico, ha sido reconvertido en restaurante.
En su fachada principal cinco huecos albergan ventanas de guillotina contrapesadas con tubos de metal que emiten notas musicales. Desde el parque por el que asoman los dos edificios antes citados se divisa la monumental figura de la Universidad Pontificia, sita en lo alto de una colina desde la que se puede contemplar toda la costa.
La Universidad Pontificia de Comillas./Tony Rotondas
En dirección al puerto el viajero se encuentra con el cementerio de San Cristóbal. Sobre uno de sus muros sobresale el Ángel exterminador, cuya inquietante silueta representa la disputa entre belleza y muerte. Contemplada la ruta modernista, conviene perderse por las calles del medieval casco antiguo.
La villa descubre una bella plaza medieval donde se ubican el Ayuntamiento y la iglesia de San Pedro, o también el monumento dedicado al marqués de Comillas y la fuente de los Tres Caños. El callejeo conduce al viajero, asimismo, por un laberinto de casonas, mansiones o palacios, como la casa del Duque, el Ocejo, el Casal del Castro o La Coteruca.
El monumento dedicado al Ángel Exterminador./P. B. Obregón
Merece la pena, para cerrar tal monumental itinerario, acercarse hasta elpequeño puerto pesquero, impregnado del cotidiano ambiente marinero. Muy cerca está la playa, cuyas magníficas arenas blancas ya fueron disfrutadas por el rey Alfonso XII y su familia.
Para disfrutar de una pequeña escapada en el norte de España, Comillas es un destino ideal este verano. Aunque también resulta recomendable su visita en cualquier otra estación del año. De aperitivo previo, os dejo con este vídeointroductorio:
fuente: artehistoriacom
Dónde dormir: Hotel Pasaje San Jorge; C/ Carlos Diaz de la Campa, 16; 39520, Comillas (Cantabria) Teléfono: 942720915 y 609854852; [email protected].
Dónde comer: El Capricho de Gaudí; Barrio de Sobrellano s/n; 39520, Comillas (Cantabria) Teléfono: 942720365 y 942720365; [email protected].
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