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En 1993, el gobierno de Finlandia implementó una iniciativa innovadora con ánimos de generar sinergias de diálogo y reflexión. Así surgió la Comisión para el Futuro, integrada por diputados del parlamento, para debatir sobre los principales problemas y oportunidades de ese país en el largo plazo.
Desde entonces el comité tiene a su cargo la elaboración de un informe sobre las perspectivas del futuro en temas políticos relevantes, el cual se presenta en cada período electoral para trazar la línea de trabajo en áreas tan diversas como problemáticas, vinculadas a la tecnología, el medioambiente y la educación, entre otras.
A partir de la creación de este organismo, no muchos han sido los países que incorporaron a su agenda política la acción de comisiones parlamentarias que tienen como fin pensar el mejor futuro posible para la sociedad. En julio de 2021 llegó el turno de Uruguay con la presentación de la Comisión Especial de Futuro (CEF) como el primer espacio bicameral, con participación de todos los partidos políticos del país, dirigido a tratar asuntos estratégicos en términos de mediano y largo plazo.
Iniciarse en este camino de prácticas innovadoras respecto a una gobernanza anticipatoria resulta clave en tiempos dinámicos, complejos e inciertos. La creación de esta comisión a nivel local implica, en términos muy generales y simples, la incorporación del futuro en el análisis de los problemas, lo que contribuye a ampliar los horizontes temporales y al mismo tiempo integrarlos (esto es tener un pensamiento a largo plazo junto a lo concreto del aquí y ahora, que es cuando deben tomarse las decisiones).
Para conocer los pormenores de esta comisión, sus campos de acción y estructura organizacional, Ministerio de Diseño conversó con su presidente, el diputado Rodrigo Goñi Reyes.
¿A iniciativa de quién o de qué suceso se crea la comisión?
A partir de varias iniciativas concurrentes. Por un lado, el Laboratorio de Futuros, hoy en la Cátedra UNESCO en Anticipación y Resiliencia, acercó al parlamento un informe sobre experiencias de este tipo de comisiones en otros países. Por otro lado, las actividades lideradas por La Diaria sobre el Día del Futuro, en las que el parlamento participó todos los años desde 2015. A partir de ahí se realizaron reuniones informativas con expertos nacionales e internacionales y algunos legisladores nos interesamos y comenzamos a darle seguimiento. Hubo contactos iniciales y visitas de parlamentarios, por ejemplo, con la Comisión de Futuros de Finlandia y la Comisión Desafíos del Futuro de Chile. También se dio seguimiento a la Oficina y Secretaría de Foresight del parlamento europeo. Así nace un proyecto de ley que impulsamos especialmente junto al senador Alejandro Sánchez y que se concretó en la ley 19.509, que crea la Comisión de Futuros, aprobada por unanimidad de ambas cámaras en el 2017.
¿Quiénes integran esta organización y cómo se distribuyen las tareas?
La integramos 15 legisladores de ambas cámaras y de todos los partidos. En cuanto a la distribución de tareas, se sigue un plan metodológico que es una referencia técnica que nos orienta metodológica y organizativamente para el proceso colectivo de creación de conocimientos en clave de futuros. Para este proceso contamos con el asesoramiento de la uruguaya Lydia Garrido, titular de la Cátedra UNESCO en Anticipación y Resiliencia para América Latina, junto a la asistencia técnica del PNUD a través de Inés Fynn y el apoyo de Bruno Gili en la coordinación. También hemos integrado al trabajo de la comisión a más de 100 expertos, principales referentes de las múltiples instituciones vinculadas a la investigación, innovación y desarrollo como ANII, ANDE, INIA, INAC, LATU, CONICYT, Ceibal, universidades públicas y privadas, Institut Pasteur, Clemente Estable, Saras, Inefop, cámaras empresariales (CUTI, CEDU), CED, CERES, CINVE, entre otras. Además, participa el Instituto Cuesta Duarte del PIT CNT, que no solo contribuye a ampliar miradas y conocimientos, sino también a fortalecer la democracia a través de una inclusión activa que busca generar una plataforma común donde apoyar las diversidades.
¿Cuáles son los objetivos de la comisión?
El cometido principal es elaborar un Informe sobre el Futuro en temáticas de relevancia estratégica para el país dentro del período de cada legislatura. Este sería el “producto” tangible a presentar con insumos específicos y concretos que puedan ser útiles para legislar de acuerdo con este contexto de cambios profundos y permanentes. Pero también hemos colocado el énfasis en el cómo se genera ese informe, a fin de procurar aprendizajes y procesos de inteligencia colectiva y de gobernanza anticipatoria. Es un salto paradigmático en la práctica legislativa a fin de hacer un uso intensivo del futuro. Para eso necesitamos capacidades y técnicas sistemáticas y rigurosas. Las decisiones luego serán del ámbito y rol que los parlamentarios tenemos por nuestra envestidura.
¿Qué temas los mueven?
Los temas surgieron de la actividad central realizada en 2020 con el aporte de los principales expertos de la ciencia, la innovación, la tecnología y la bioética, bajo el título “Uruguay trae el futuro al presente”. Este fue el punto de partida que permitió identificar ejes temáticos relacionados con los retos del país ante la globalización, la revolución científico-tecnológica, la economía del conocimiento y el cambio climático, entre otras cuestiones que implican transformaciones socioculturales y desafíos para los ciudadanos y también para la gobernanza. Más que un solo tema o temas es el propósito de generar reflexión anticipatoria sobre los diversos retos y oportunidades que se nos presentan. Entre ellos, recogidos en el primer trabajo publicado por la comisión, se destaca el potencial del Uruguay como hub tecnológico e innovador en América Latina con base en la revolución digital, el desarrollo del ecosistema innovador científico emprendedor, el liderazgo en una estrategia de carbono positivo y la educación como dimensión clave para una sociedad intensiva en aprendizaje, entre otros. Los problemas hoy necesariamente deben ser planteados de manera sistémica, relacional, integral y holística, considerando su complejidad y en clave de futuros. Fíjese que me estoy refiriendo a la manera de plantear los problemas y esto tiene que ver con cuestiones estrictamente metodológicas que obviamente conectan con marcos teóricos. Luego vendrá el análisis, las valoraciones y las consideraciones sustantivas que como parlamentarios hagamos. A partir de ese trabajo, se definieron ejes y preguntas para profundizar en los cambios y las transformaciones respecto al mundo del trabajo.
¿Tienen una planificación con miras al 2030, por ejemplo? ¿O se focalizan en el desarrollo de temáticas que se entienden con potencial o emergentes?
De alguna manera sí, porque el enfoque es de ambidiestralidad y se maneja el mediano, largo y corto plazo a la vez. Eso implica tener en cuenta horizontes 2030-2050 y lo emergente en el “aquí y ahora”. No son excluyentes. Aunque reconocemos que lo más concreto para la incidencia está en lo emergente, donde entran las visiones de futuro que se tengan. Nuestro objetivo no es la planificación como se entiende tradicionalmente, sino un espacio abierto, reflexivo y riguroso de creación de conocimientos a modo de insumo para la toma de decisión en nuestro ámbito.
¿Qué referencias tienen de este tipo de comisiones? ¿Hay modelos en otros países o ciudades del mundo?
La CEF es una comisión parlamentaria a nivel de la Asamblea General, no de ciudades. A nivel de los parlamentos hay varios casos. Por ejemplo, el paradigmático es el de Finlandia, que el próximo año va a cumplir tres décadas. Otros ejemplos de espacios institucionalizados dentro del parlamento son (listados en orden alfabético): Austria, Canadá, Chile, Corea del Sur, Estonia, Islandia, Lituania, Paraguay, Tailandia y Vietnam. Hay también otras iniciativas que tienen en cuenta estudios sistemáticos de futuros en parlamentos, pero no institucionalizadas, que surgen circunstancialmente o están vinculadas a algún tema en particular. Es decir, en la actualidad no hay tantos espacios específicos para un abordaje de las problemáticas y temas que interesan a un país desde un encuadre que haga foco en el futuro de manera rigurosa y sistemática como sería deseable y necesario. Pero está claro que este espacio y área de trabajo está en plena expansión y crecimiento. Y podemos esperar que, para la próxima cumbre que se realizará en Montevideo, las Comisiones de Futuro de Parlamentos se hayan multiplicado.
¿Cómo se aplica la información que proviene de modelos externos a escala local?
Si se accede a información y conocimiento generados a nivel global, el encuadre y el análisis se hace específicamente dentro de lo local, obviamente articulado a los contextos mayores que guardan relación con cada tema o problema. En cuanto al enfoque metodológico específico que se está usando, es de última generación dentro del área de los estudios de futuros; un enfoque que ha venido siendo liderado por la UNESCO en estos últimos 10 años, y en nuestro caso, por medio de Lydia Garrido, a cargo de la Cátedra en América Latina. De todas formas, la lógica que seguimos es de desarrollo endógeno y en un diseño totalmente adaptado a la especificidad de lo local articulado a lo global.
¿Han viajado a nutrirse de esos temas?
Recién venimos de participar en la Cumbre Mundial de Comisiones de Futuros en los Parlamentos, realizada en Helsinki, el 12 y 13 de octubre. La importancia significativa quedó plasmada en el reconocimiento sobre la importancia estratégica de esta iniciativa en el parlamento uruguayo, tanto en cuanto a forma como en contenido de diseño y proceso. Es por este camino que vienen andando quienes están en la punta del conocimiento y experiencia sobre esta materia. A la Comisión de Futuros de Uruguay se le hizo un reconocimiento explícito de la buena práctica que viene desarrollando y se le entregó la antorcha para que continúe en América Latina lo que Finlandia viene liderando a nivel global. En tal sentido, se eligió unánimemente a Uruguay como sede y anfitrión de la próxima cumbre oficial de los Comités de Futuros en 2023.
De cara al futuro próximo, ¿en qué temas puntuales se está trabajando?
Por el resto del periodo se continuará trabajando en “El futuro del trabajo y trabajo del futuro”, amplificando y profundizando en temas que han ido surgiendo del propio proceso. Entre ellos surge con gran relevancia todo lo referido a la inteligencia artificial, que requiere un abordaje articulado a aspectos éticos, bioéticos y de seguridad sobre sus diversas aplicaciones. Por supuesto que importa el contenido del informe sobre los cinco ejes temáticos definidos:1) los vectores de transformación y emergentes que implican repensar el mundo del trabajo ante la cuarta Revolución Industrial y la digitalización; 2) los cambios en las prácticas económicas y de producción de valor del futuro con el impacto de las nuevas tecnologías y el reto de un desarrollo sustentable por medio de un ecosistema innovador; 3) las nuevas destrezas y la formación permanente para las sociedades intensivas en aprendizaje; 4) las sociedades longevas y el impacto en el mundo del trabajo en la transición hacia un futuro de longevidad; 5) y la gobernanza laboral junto a nuevas regulaciones para adaptarse y anticiparse al trabajo del futuro. Pero también importa el proceso de fortalecimiento de capacidades anticipatorias en el parlamento y la innovación de abordar temáticas en clave de futuros y hacerlo como un proceso de inteligencia colectiva. La conjunción de estas características la hace una iniciativa no solo innovadora dentro de nuestro parlamento, sino como práctica parlamentaria global. La participación en esta primera cumbre de Comisiones de Futuros Parlamentarias lo dejó así expuesto.
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